sábado, 6 de diciembre de 2014

Mensaje De Nuestra Señora Y Santa Lucía De Siracusa (Luzia) - 351ª Clase De La Escuela De Santidad Y Amor De Nuestra Señora

Jacareí, 06 de Diciembre de 2014

351ª Clase de la Escuela de Santidad y Amor de Nuestra Señora

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Mensaje De Nuestra Señora Y Santa Lucía De Siracusa (Luzia)

(María Santísima): "Mis amados hijos, hoy Mi Inmaculado Corazón se regocija de veros Aquí a Mis Pies una vez más.

¡Yo soy la Inmaculada Concepción! Vengo del Cielo para llamaros de nuevo a la Santidad. El primer Mensaje que os di aquí, trataba de la Santidad. Quiero que seas Santa, quiero que seas bella, quiero que seas pura e inmaculada a los ojos de Dios como lo soy Yo, tu Madre Inmaculada. Dejaos atraer por Mi dulce perfume de santidad, que emana de Mi cuerpo Inmaculado para todos vosotros.

Sigue Mi perfume, sigue Mis huellas inmaculadas caminando cada día por la senda de la oración, de la penitencia, de la renuncia a ti mismo y al mundo. Para que cada día pueda envolverte más y más en Mi luz inmaculada: de pureza, de amor y de santidad.

Si tu alma está manchada de muchos pecados, puedo purificarla con Mi luz inmaculada. Todo lo que quiero de ti es tu «sí», tu oración y tu perfecta docilidad a Mi voz. Haciendo esto, poco a poco Mi luz inmaculada os transformará en lirios blancos y azucenas inmaculadas como Yo, para mayor gloria del Señor.

Continuad rezando Mi Rosario todos los días, porque el alma que reza Mi Rosario no se condenará, y tampoco permanecerá mucho tiempo en las llamas del purgatorio, porque Yo elevaré esta alma a una gran santidad para que vaya directamente al Cielo. Esta gracia sólo la concedo a los devotos más ardientes de Mi Rosario y que lo rezan con sincero amor, fervor y devoción cada día.

Camina cada día en Mi luz, buscando siempre más y más lo que agrada a Dios, para hacer la voluntad de Dios como Yo la he hecho. Y diciendo en todo momento sí a Dios, soportando con alegría los sacrificios que tu «sí» te exija. Porque sólo así alcanzarás la Santidad que Dios espera de ti.

Te quiero mucho, y no quiero que sufras en el futuro. Por eso os digo ¡Convertíos sin demora! Porque lo que os he dicho en el pasado se cumplirá ahora rápidamente, y los Castigos vendrán a castigar a este mundo que cada día sigue crucificando cruelmente de nuevo a Mi divino Hijo Jesucristo.

Arrepiéntete de tus pecados, haz penitencia, Dios está con Su Corazón abierto para perdonarte y salvarte. Si queréis Él os perdonará y vuestra salvación, el Cielo será vuestro.

Yo, vuestra Madre, quiero llevaros a una profunda conversión en el Desta de Mi Inmaculada Concepción, así que cambiad de vida. Abrid vuestros corazones y Yo os tomaré de la mano y os conduciré por el camino correcto que os llevará al Cielo.

A todos en este momento os abrazo y os dejo Mi paz".

(Santa Lucía): "Amados hermanos Míos, Yo, Lucía, Lucía de Siracusa, os quiero mucho y estoy encantada por la presencia de todos vosotros Aquí.

Todos vosotros sois amados uno a uno por el Señor, por la Madre de Dios y también por Mí. Veo todos vuestros sufrimientos, veo vuestras aflicciones, veo vuestros dolores, todos vuestros gemidos Me son conocidos. Cada día presento al Señor Mi oración y también Mis méritos personales para pedir todas las gracias que el Padre quiere realizar en vuestras vidas.

¡Confiad! ¡Vuestras Oraciones serán atendidas pronto! Y las gracias que muchos han venido aquí a buscar y a pedir se realizarán pronto.

Deseo deciros Sed inmaculados, como María Inmaculada, viviendo completamente para el Padre, para el amor del Padre, para la gloria del Padre y para la voluntad del Padre. Renuncia cada día más a tu voluntad para hacer la voluntad del Señor, para hacer lo que Dios quiere realizar a través de ti en el mundo.

Da tu «sí» a Dios, ábrele tu corazón. Esto es fácil, basta con un acto de voluntad. Amar, amar a Dios es esto, es tener la firme voluntad de hacer Su voluntad aunque te cueste sacrificios.

Amé a Dios porque hice Su voluntad, incluso cuando me costó dolor, sufrimiento y la misma muerte. El amor a Dios se demuestra con las obras. Esto es lo que la Santísima Madre vino a pedir aquí, vino a pedir en Beauraing y en tantas Apariciones.

Si la amáis, sacrificaos por Ella. Sacrificaos por Ella, sacrificaos por el Señor sufriendo por Ella, haciendo Su voluntad, aunque os cueste algún sacrificio. Sólo entonces Dios creerá en vuestro amor y obrará Sus gracias en vuestras vidas.

Sed inmaculados como la Virgen Inmaculada, viviendo cada día como Ella vivió: en la humildad, en la oración, en el amor, en la gracia, en la amistad con Dios. Entonces vuestra vida se transformará como fue Su vida, en lo que fue Su vida, en un Sol luminoso que disipará las grandes tinieblas del pecado, del mal en este mundo. Y la luz del Señor conducirá a muchas almas perdidas de vuelta al camino de la gracia y de la salvación.

Os quiero mucho y no quiero perderos, quiero llevaros a todos a Jesús y a María, y no quiero que ninguno de vosotros se condene. Por eso os digo: dadme vuestro «sí», abridme vuestro corazón. Dejad que Yo os conduzca por el camino que ya he recorrido antes que vosotros: el camino de la santidad, de la renuncia, del sacrificio, de las virtudes y del amor. Para que entonces Yo también pueda transformaros en otros lirios inmaculados de pureza, en otras rosas místicas de amor perfecto a Dios y a Su Madre. Debéis ser otras Luces, otras luces como Yo para este mundo.

Rezad el Rosario, sólo con el Rosario podréis iluminar el mundo y disipar las tinieblas del mal. Sólo por el Rosario, ahora podéis lograr Milagros.

Os bendigo a todos con amor con la Madre de Dios, de Catania, de Siracusa y de Jacareí".