domingo, 2 de febrero de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis queridos hijos, paz!

Hijos míos, yo, vuestra Madre, vengo del cielo para bendeciros, para conduciros por el camino de la oración y de la conversión que lleva al cielo, al Corazón de mi Hijo Jesús.

Os amo y vengo a daros protección y paz. No te apartes de la oración y del camino santo del Señor, para que merezcas las bendiciones y las gracias del cielo.

Rezad, rezad para ser fuertes en la fe, porque vendrán grandes errores y dolores y estarán dentro de la Iglesia, ofendiendo terriblemente al Corazón de mi Hijo Jesús.

Rezad por los Ministros de Dios, para que sean fieles al Señor, porque Satanás desea arrastrar a muchos de ellos al fuego del infierno, porque viven más para el mundo que para Dios. Cómo duele a mi Corazón ver cómo la Iglesia de mi Divino Hijo va perdiendo su sacralidad, para paganizarse cada vez más. Muchos errores están arrastrando a muchas almas al camino de la perdición.

Sin Dios en vuestras vidas, no podéis merecer el Cielo. El cielo es para los que viven la voluntad de Dios y sus santas enseñanzas que les dan la vida eterna. Volved, volved a

Dios, de lo contrario el mundo será derribado por el brazo del Señor, que caerá y golpeará duramente a los infieles y desobedientes.

No os dejéis vencer por el mundo y el pecado, pues no pueden daros la luz de Dios ni la vida eterna. Sed de Dios para que os transforme en sus verdaderos discípulos que siguen sus huellas, siendo luz para todos los hombres.

Yo estoy siempre a vuestro lado para iluminar vuestros pasos, hijos míos. Consagraos a mi Corazón Inmaculado, cada día, y os enseñaré a ser fieles a Dios hasta el final.

Luchad por el cielo. Luchad por la vida eterna y no por tener una vida en este mundo, que no puede daros la verdadera felicidad. Recuerda: quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida, por amor a mi Hijo y al Evangelio, la salvará para la vida eterna. Vivid para Dios y siempre tendréis su bendición. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.