domingo, 15 de septiembre de 2019

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz a tu corazón!

Hijo mío, ten piedad del Corazón de tu Madre. Mira lo que hay clavado en él:

Vi una terrible espada clavada en el Corazón Inmaculado de María. De repente, la espada fue retirada dejando una terrible herida como si hubiera partido en dos el Corazón de Nuestra Señora.

La Iglesia de mi Divino Hijo se divide en dos y mi Corazón se desgarra de dolor. Lloro por aquellos hijos que se rebelan contra Dios y el Cielo, no aceptando Sus verdades y enseñanzas eternas, ni obedeciendo Sus Leyes Divinas.

Sólo las almas que saben ofrecer reparación sacrificándose y renunciando a su propia voluntad pueden curar la profunda herida infligida en mi puro y santo Corazón materno y en el Sagrado y Divino Corazón de mi Hijo Jesús.

La Iglesia está herida por las flechas envenenadas de Satanás. Ahora se ha abierto en la Iglesia una gran herida: la herida de la división, que generará en su seno una gran guerra espiritual entre el bien y el mal, entre la verdad y la mentira, entre los hijos de Dios y los fieles al Señor y los secuaces de Satanás introducidos entre los buenos como una mala hierba, como cizaña que ha venido a destruir, a crear confusión y falta de fe, para que el rebaño se vea privado de la luz y de la gracia divina y perezca.

Pero Dios acudirá en ayuda de los que permanezcan fieles a Sus Leyes y enseñanzas, de los que sean fuertes y constantes a través de las pruebas y dificultades, que no traicionarán su fe ni su amor por Él. Enviará a sus Ángeles para cortar y arrancar de raíz toda mala hierba y maleza que crezca entre ellos, los secará con su aliento divino y los quemará en el fuego eterno, donde hay llanto y crujir de dientes.

El Infierno es eterno y es el destino final y el lugar para los desobedientes e ingratos, es el lugar para castigar todo orgullo y maldad humanos.

Consolad a mi Corazón doliente y haréis feliz al Corazón de mi Divino Hijo, porque ama mucho a todos los que me honran y me aceptan como Madre.

¡Os bendigo!