sábado, 29 de marzo de 2025

¡Uno de los Mayores Regalos Celestiales Que La Humanidad Experimentará Jamás!

- Mensaje nº 1475 -

Mensaje del 19 de marzo de 2025

Jesús: Hija mía. Tiempos difíciles aguardan ahora a tu existencia terrenal, pero quien esté Conmigo, con su Jesús, firmemente anclado en Mí, no tiene nada que temer, pues su salvación no estará entonces en juego.

Quien Me ame a Mí, su Jesús, Salvador de vosotros, que soy Yo, de verdad, sinceramente y desde el fondo de su corazón, ¡no le dejaré solo en ningún momento!

Quien Me pida ayuda, honesta y sinceramente, y se deje guiar por Mí, su Jesús, Yo estaré con él.

Yo, vuestro Jesús, estaré siempre con aquellos de vosotros que Me améis de verdad.

A los que Me seguís fielmente hasta el final, a vosotros quiero hablaros hoy:

Vuestros dones serán gloriosos. Serán grandes y perfectos. No podéis imaginarlo, pues sobrepasa todo lo que conocéis.

Las puertas de Mi Nuevo Reino se abrirán y vosotros, amados hijos que sois, seréis elevados por Mí, por vuestro Jesús, y entraréis por las puertas de la gloria que se abren para vosotros que sois y permanecéis verdaderamente devotos de Mí.

Entraréis en una gloria desconocida para vosotros, pues Mi Nuevo Reino os será dado. Todos los sufrimientos, todas las enfermedades, todos los miedos, todas las preocupaciones se alejarán de ti para siempre.

Recogerás los frutos del cielo y vivirás en Mi Reino. Serás dichoso, estarás lleno de alegría desbordante y experimentarás y vivirás el amor más íntimo, verdadero y puro.

No habrá más días nublados, no os congelaréis, ni sudaréis, ni tendréis sed, ni padeceréis hambre.

Vivirás en el amor y la oración, en la alegría y la gloria, ¡y experimentarás y alcanzarás la dicha más pura para siempre!

Ya no habrá sol que os chamusque ni que chamusque la tierra, pues Mi Luz, Mi Luz Divina, ¡brillará, brillará y brillará!

Os convertiréis en hijos íntegros y puros de los hombres y os alegraréis cada día de vuestra existencia.

Os quiero mucho. Por eso os tengo preparado este gran regalo.

Aceptadlo y no os cerréis a él , pues es uno de los mayores regalos celestiales que la humanidad experimentará jamás.

El camino hacia allí es fácil , hijos Míos, pero muchos de vosotros estáis tan perdidos que ya no veis la luz y seguís perdiéndoos en la oscuridad.

El camino hacia Mi Reino es a través de Mí, así que encontradme y permaneced fieles a Mí, entonces este glorioso regalo también será vuestro .

Todo hijo que Me sea siempre fiel llegará al Padre a través de Mí. No hay otro camino más que Yo , hijos amados que sois, por tanto convertíos y encontradme a Mí, vuestro Jesús, Salvador vuestro, que soy Yo.

¡Abandonad el pecado!

Rezad a María, vuestra Reina del Cielo, pues Ella os conducirá a Mí si se lo pedís.

Yo, tu Jesús, estoy preparado para esta última vez.

¡Cree en Mí! ¡Confía en Mí!

Porque te esperan muchas tentaciones difíciles , y ¡bienaventurado el que permanece fiel a Mí y no reniega de Mí, su Jesús, en ningún momento!

¡ Bienaventurado el que Me reconoce y está Conmigo, pues su salvación no está en juego si permanece siempre fiel a Mí, su Jesús!

Bienaventurado el que no cede y no sigue al maligno , porque el que lo haga perecerá, y perderá su salvación a manos del adversario , y éste le atormentará, no cumplirá ninguna de sus promesas y le atormentará por toda la eternidad. Amén.

Buenaventura: ¡No permitáis, amados hijos, que se pierda vuestra salvación!

¡No dejéis que se bloquee vuestro camino hacia Jesús!

¡No bloqueéis vuestro camino hacia Su Nuevo Reino y hacia Su amor en la gloria!

Yo, vuestro Buenaventura, quisiera haceros hoy esta advertencia, pues quien sea infiel a Jesús , quien no ame a Jesús con los pies , quien escupa a Jesús pronto conocerá el verdadero rostro del demonio, y toda la miseria y el tormento y la agonía que tendrá que soportar le robarán la salvación, le traspasarán el alma, ¡y arderá, arderá y arderá sin ser nunca consumido del todo por las llamas del infierno!

No esperes misericordia, pues sólo Jesús es misericordioso, ¡pero tú no lo quisiste!

Así que debes cargar con tu destino de condenación eterna, ¡y sufrirás, sufrirás, sufrirás!

Me duele en el alma tener que decirte esto, pero muchos antes que tú ya han cometido el error de negar a Jesús, y si pudieras ver dónde están y qué tormentos tienen que sufrir, ¡te echarías a los pies de Jesús e implorarías el perdón de todos sus pecados!

Sentiríais tal remordimiento que vuestro corazón amenazaría con estallar; sin embargo, no estalla, sino que se llena del amor misericordioso de vuestro Salvador, siempre que confeséis y os arrepintáis de vuestros pecados.

Por eso , amados hijos que sois, la Santa Confesión es tan sumamente importante, ¡porque Jesús mismo cura vuestro corazón!

Así que id a la Santa Confesión con un sacerdote católico, arrepentíos de todos vuestros pecados y reparad.

Yo, vuestro San Buenaventura, sólo puedo recomendaros estas líneas, para que encontréis redención y alivio y no os perdáis ante el adversario por toda la eternidad. Amén.

Tuyo y de tu Jesús, con Buenaventura. Amén. Muchos santos y santos ángeles, Nuestra Señora y el Padre están aquí.