miércoles, 18 de abril de 2018

¡No esperes!

- Mensaje nº 1198 -

Hija mía. Mi querido hijo. Un hombre vendrá y levantará su voz por Jesús, Mi Santo Hijo. Defenderá la verdadera fe y la verdadera Iglesia de Mi Hijo. Es enviado por Dios, Nuestro Padre, y traerá esperanza a Nuestros hijos.

La verdadera Iglesia de Mi Hijo está siendo destruida cada vez más desde dentro. Los «superiores» de la Iglesia mundana son responsables de ello. Os han engañado y mentido durante mucho tiempo, y cada vez más dan a conocer falsedades, ocultas pero modificadas. Así cambian vuestros misales, la Palabra de Mi Hijo, así como la Sagrada Eucaristía, que pronto, muy pronto, dejarán de ser verdad.

Hijos míos. Mis tan amados hijos. Debéis defender la verdadera fe y la verdadera Iglesia de Mi Hijo. ¡Debéis dar testimonio y no aceptar estos cambios que se están «colando»!

Una hostia sin cambio no vale nada , Mis amados hijos, así que ¡defended a vuestro Jesús y no le neguéis!

Los Santos Sacramentos no sólo están perdiendo cada vez más su verdadero significado, ¡sino que están siendo Disminuidos por la máxima autoridad de la Iglesia!

A los que se han vuelto a casar no se les permite casarse por segunda o incluso tercera o cuarta vez ante Dios, porque «lo que Dios une, que no lo separe el hombre», ni son dignos de recibir el Santo Sacramento de la Eucaristía aún puro.

Hijos míos. La confusión es tan grande en vuestro mundo, y las leyes divinas más sencillas están siendo «estiradas», «torcidas» y/o «ajustadas» y «hechas a medida». ¡Éste no es el camino! Estáis pecando, hijos míos, ¡estáis pecando contra lo que es Santo!

Hijos míos. ¡Este hombre que vendrá defenderá y reconstruirá la verdadera fe y la verdadera Iglesia de Mi Hijo! Tendrá en su contra a lo más alto de la Iglesia. Estará expuesto a la calumnia, pero, Mis amados hijos, será enviado por el Padre del Cielo, y no sólo será un «recordatorio» de todo lo que es verdadero, ¡sino también un recordatorio!

Hijos Míos, hijos Míos tan amados por Mí. El amor de Mi Hijo es grande. Es infinito, y es sobre todo misericordioso. Por eso, ¡creed en Él y confiad en Él! ¡Defendedle y permaneced fieles a Él!

Nadie que se dirija a Él con un corazón verdadero será rechazado, ni estará solo. Mi Hijo cuidará de él, pero hijos, Mis queridos hijos, ¡debéis convertiros, debéis arrepentiros y debéis defender a Jesús! Vuestro Sí irrevocable es la condición para ello.

Decid Sí a Jesús y rezad y pedid, porque quien se confía al Señor, quien confía en Él, Él vendrá en su ayuda . No se perderá y su alma se salvará.

Así que volveos, hijos Míos, antes de que sea demasiado tarde. Amén.

Con amor, vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.

«¡No esperéis, sino levantaos por Jesús!» Amén.