Mensajes a María para La Divina Preparación de los Corazones, Alemania

 

jueves, 11 de diciembre de 2014

El Señor ve todos vuestros trabajos, ¡y grande será Su recompensa!

- Mensaje nº 775 -

 

Hija mía. Mi querido hijo. Di lo siguiente a los niños de hoy: Vuestro «mundo», lo mundano, nunca os hará felices, ¡porque no es posible! Debes desistir de él, del mundo, porque está dominado por el mal.

Os meneáis como por pajas de un placer a otro, intentando mantener vuestra «felicidad», porque sabéis que en cuanto la paja se dobla o incluso se rompe, perdéis la sensación de felicidad, porque no podéis sostenerla ni conjurarla, así que seguís buscando momentos de felicidad, muchos incluso entran en apegos sin encontrar nunca ni recibir la verdadera felicidad, porque la felicidad verdadera y eterna no es este mundo, sino que Mi Hijo es vuestro camino hacia ella. Él os dará esta felicidad y nunca pasará, pero nunca podréis aferraros a ella, sino que debéis guardarla en vuestro corazón y confesaros cada vez más a Jesús, seguirle y vivir con Él.

Hijos míos. No busquéis la felicidad mundana, porque es efímera. La tristeza y el resentimiento serán vuestra herencia si permanecéis en el mundo y buscáis en él la verdadera felicidad. Sólo a través de Mi Hijo se os concederá la verdadera felicidad. Así que buscadle a Él, amados hijos del Señor, porque con Él seréis felices, pero sin Él vuestro «mundo construido de felicidad» se derrumbará como un castillo de naipes y vuestra alma sufrirá.

Hijos míos. Encontrad el camino hacia Jesús, porque Él es el único camino hacia la felicidad. Puede parecer difícil al principio, pero cada día es más alegre y feliz. Debes encontrar el camino hacia Jesús para conocer este secreto. Quien no se involucre con Jesús no conocerá la verdadera felicidad. Su alma nunca llegará a descansar, pues la plenitud que anhela sólo la experimentará a través de Jesús.

Hijos míos. Poneos en marcha y convertíos en hijos felices de/en el Señor. El Señor ve todos vuestros esfuerzos y los recompensará con creces. Dad ahora vuestro Sí a vuestro Salvador y entregaos completamente a Él. Grande será la alegría en el cielo, porque cada uno de vosotros es amado por el Padre.

Venid ahora, hijos Míos, y no esperéis más. Yo, vuestra Madre del Cielo, con los ángeles del Padre os lo pido. Amén.

Vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.

Origen: ➥ DieVorbereitung.de

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