Mensajes a María para La Divina Preparación de los Corazones, Alemania
miércoles, 23 de julio de 2014
...¡el amor del Señor que nunca hace daño a los demás!
- Mensaje nº 628 -

Hija mía. Mi querida hija. Di esto hoy a Nuestros hijos: El mundo en el que vivís perecerá, porque es demasiado grande el pecado en el que vivís, demasiados adoradores del diablo hay entre vosotros, influyendo en vosotros y en los asuntos del mundo, y demasiados de vosotros sois incrédulos y vivís lejos de Dios, Nuestro Padre , no honrándole, pisoteando a Su Santísimo Hijo, escupiéndole y perdiéndoos en el pecado más profundo.
Quien hace daño a los demás en nombre de Dios no es digno de volver al Padre. Está impuro y corrompido por el demonio, porque en él ha arraigado el odio, pero no el amor del Señor, que nunca hace daño ni hace mal a los demás, sino que ama, ayuda al otro, le da tiempo para arrepentirse, pero nunca lo «condena» ni lo «maldice», lo golpea o incluso lo mata, sólo porque no pertenece a la misma religión.
Hijos míos. Quien hace esto no es digno de presentarse ante el Padre. Está más cerca del demonio que del Padre celestial, y su destino final será este último, porque es esclavo del maligno, y a su condenación irá.
Hijos míos. ¡Sólo la oración ayuda! Sólo con la oración ferviente, con la devoción a Jesús y con Su amor que vive en vuestros corazones, si sois verdaderos y sinceros «discípulos del Señor», ¡ayudáis a los demás, a vosotros mismos y a los asuntos de vuestro mundo! ¡Vuestra oración transforma! Lo transforma todo para bien, ¡y es lo que se necesita tan desesperadamente!
¡Sed buenos hijos del Señor y vivid el amor! Entonces otros también encontrarán su camino hacia el Señor, porque a través de vuestra oración y viviendo como el Señor quiere, sois «pescadores de hombres» para el Señor.
Hijos míos. Permaneced siempre en el amor y nunca os dejéis provocar. Los días del fin son duros, pero con la oración, el amor del Señor y con la alegría en Jesús en vuestros corazones, los pasaréis y entraréis en el Nuevo Reino con Él. Que así sea.
Con amor y Mi bendición maternal, vuestra Madre del Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Redención. Amén.
Origen: ➥ DieVorbereitung.de
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