sábado, 16 de noviembre de 2013

Profanaciones

- Mensaje nº 345 -

Hija mía. Mi querido hijo. Gracias por haber venido. Sí, Nosotros estamos muy tristes porque lo que ha sucedido y está sucediendo en muchos lugares es muy doloroso para Nosotros y para vosotros, Mis queridos hijos, aunque Nosotros os hemos predicho todo esto.

La gente Nos ha perdido el respeto. No Nos aman, no Nos quieren, y prefieren destruirlo todo antes que dejároslo a vosotros, Mis amados hijos, que estáis en la fe.

El vandalismo es un pecado, pero este vandalismo es al mismo tiempo una profanación a Mí, a vuestros santos y a Dios Padre, porque ved lo que Nos hacen, cómo Nos «destruyen» y ni siquiera tienen mala conciencia por ello.

Hija Mía. Yo, tu Jesús, sufro profundamente, porque este vandalismo proviene del demonio. Él utiliza a estas almas para dañarme a Mí y, por tanto, a vosotros.

Hijos míos. Creed siempre que Yo vivo en vuestros corazones, por mucho sufrimiento que Me inflijan. Os amo, Mis almas fieles, y pediré gracias especiales para vosotros a Mi Padre, porque os amo tanto, a los que Me sois fieles y compartís Mi dolor.

Hija Mía. Habla a Nuestros hijos de estas profanaciones, pues Nos han cortado cabezas y desfigurado Nuestros rostros.

Hija Mía. Mi querida hija. Te amamos. Tu sufrimiento Nos consuela, así como el sufrimiento de todos Nuestros hijos fieles que sienten el mismo desconcierto e impotencia que tú. No estáis solos. Ninguno de vosotros está nunca solo.

Gracias por sufrir con Nosotros. Confortas Nuestros corazones y alivias Nuestro dolor.

Hija mía. Comparte esto con el mundo, pues el demonio actúa en medio de vosotros. Mira y verás, pues todo esto te ha sido predicho para este tiempo.

Te amo, tu Jesús con Mi Santísima Madre y los santos que están profundamente disgustados y entristecidos. Amén.

Buenaventura tiene lágrimas en los ojos. Todos imploran al Padre que se detenga y perdone. Ruegan por los que han violado, para que encuentren el camino recto. Qué amor que perdona y lo comprende todo.