jueves, 2 de enero de 2020

Jueves, 2 De Enero De 2020

Jueves, 2 de enero de 2020

Jesús dijo: «Pueblo mío, en cada Misa os unís a Mí en Mi Eucaristía, y doy las gracias a todos Mis adoradores de la Misa diaria por serme tan fieles. Cuando amáis a alguien, como Me amáis a Mí primero en vuestras vidas, queréis estar Conmigo todo lo que podáis. Yo soy el centro de vuestras vidas, y vosotros seguís todo lo que Yo os he enseñado a través de las Escrituras y de nuestras relaciones personales. En la vida seréis probados de muchas maneras por el demonio y por personas que os perseguirán. No tengáis miedo ni caigáis en la desesperación por ninguna de vuestras pruebas, sino invocad Mi ayuda para que os eleve en la alegría de estar siempre en Mi amor. Recuerda lo que has leído en las Escrituras de que conocerás a las personas por sus frutos. Si quieres mostrar tu amor por Mí, puedes trabajar para producir más frutos buenos en tus acciones, y dejar que los demás muestren quiénes son por sus frutos.»

Grupo de oración:

Jesús dijo: «Pueblo mío, he puesto ante ti la bendición o la maldición, pues tu pueblo se está alejando cada vez más de Mí. En la visión estás viendo un cuenco que representa las siete copas del Libro del Apocalipsis. Te presento esto porque Mis ángeles pronto liberarán estas cosas sobre la tierra. Quiero que leas sobre estas copas y las enumere en este mensaje».

Nota: Siete copas del Libro del Apocalipsis: Capítulo 16

1) El primer ángel derramó su copa sobre la tierra y se hizo una herida grave y dolorosa sobre los hombres que tenían la marca de la bestia (plaga de furúnculos) y sobre los que adoraban su imagen.

2) El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y se convirtió en sangre como de un muerto; y murió todo lo que vivía en el mar.

3) El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y las fuentes de agua, y se convirtieron en sangre.

4) El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y se le permitió abrasar a la humanidad con fuego. Y la humanidad se abrasó con gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene autoridad sobre estas plagas, y no se arrepintieron ni le dieron gloria.

5) El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se oscureció, y se mordieron la lengua de dolor. Y blasfemaron contra el Dios del cielo a causa de sus dolores y de sus heridas, y no se arrepintieron de sus obras.

6) El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates y secó sus aguas, para que se preparase un camino a los reyes del sol naciente.

16:13-16 La bestia y el falso profeta reunieron sus fuerzas para luchar contra las fuerzas de Dios en la batalla de Armagedón.

7) El séptimo ángel derramó su copa sobre el aire. Hubo un gran terremoto. Y granizo grande, pesado como un talento, descendió del cielo sobre los hombres; y los hombres blasfemaron contra Dios a causa de la plaga de granizo, porque era grande.

Jesús dijo: «Hijo mío, ya conoces los signos del final de los tiempos, en los que habrá hambre, terremotos y peste. Se batirán más récords meteorológicos, habrá terremotos y erupciones volcánicas. He mencionado antes cómo la fuerza de vuestra magnetosfera está disminuyendo, y esto permitirá que llegue más viento solar para afectar a vuestro clima. Esto está conduciendo a un cambio polar. Es este acontecimiento el que causará estas señales».

Jesús dijo: «Hijo mío, sigues recibiendo mensajes sobre la próxima Advertencia, porque esto es un indicio de lo cerca que está. Traeré el Aviso en Mi tiempo, pues será necesario para dar a las almas una última oportunidad de convertir sus vidas para amarme antes de que comience la tribulación. Todo el mundo recibirá una revisión de vida al mismo tiempo en toda la Tierra. Tendrás un minijuicio del destino de tu alma y la oportunidad de cambiar tu vida durante las seis semanas de conversión tras Mi Advertencia. Acudirás a Mis refugios después de la Advertencia, pues la persecución de Mi pueblo será intensa. Confía en Mí que protegeré a Mis fieles en Mis refugios».

Dijo Jesús: «Pueblo Mío, veréis llegar una gran oscuridad de pecado sobre la tierra por la tribulación del Anticristo. Al final de la tribulación, traeré Mi victoria sobre los malvados con Mi Cometa del Castigo. Esto dará comienzo a los tres días de oscuridad en los que necesitarás tu vela bendita para alumbrarte. Mis fieles estarán protegidos de cualquier daño en Mis refugios, donde tu ángel de refugio pondrá un escudo contra cualquier destrucción por este cometa. Todos los malvados serán arrojados al infierno, y renovaré la tierra para poder llevar a Mis fieles a Mi Era de Paz».

Jesús dijo «Pueblo mío, recordáis cuando los israelitas estaban descontentos con Mi maná y envié serpientes serafines para que les atacaran. Fue Moisés quien sostuvo el serafín de bronce en un asta para curar a aquella gente que fue mordida por las serpientes. Hoy, el pueblo no Me acepta como su Pan de Vida, y por eso permitiré que las serpientes de los demonios tengan su hora de control. Pero estoy levantando Mi nueva cruz que estoy colocando sobre todos Mis creyentes en sus frentes. Esta cruz permitirá a Mis creyentes estar a salvo de las serpientes de la tribulación venidera para que podáis entrar en Mis refugios. Alegraos de que os protegeré y alimentaré en Mis refugios».

Jesús dijo: «Pueblo mío, estáis a punto de ver un tiempo maligno que todavía no ha ocurrido. No os asustéis cuando os parezca que los malvados parecen estar ganando de forma mundana. Todo lo que están produciendo pasará. Os llamaré a la seguridad de Mis refugios, donde Mis ángeles lucharán por vosotros. Así que no temáis porque no os dejaré huérfanos».

Jesús dijo: «Pueblo mío, no quiero que Mi pueblo pierda la esperanza durante la tribulación. Seréis purificados durante la tribulación en Mis refugios, pues será vuestro purgatorio en la tierra. Todo lo que sufriréis merecerá la pena por la vida futura que tendréis, pues vuestra recompensa será en Mi Era de Paz sólo para Mis creyentes. Incluso aquellos fieles, que puedan ser martirizados durante este tiempo maligno, serán resucitados para vivir en Mi Era de Paz. Así que alegraos pueblo Mío y elevad vuestros corazones porque vuestra Redención está cerca».