miércoles, 7 de octubre de 2020

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz al Vidente Marcos Tadeu Teixeira

Mi Sagrado Corazón triunfará sobre el Rosario de mi Madre

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

«Queridos hijos, queridas almas de mi Sagrado Corazón, hoy, en el aniversario mensual de mi Aparición con mi Madre aquí en esta ciudad, vengo una vez más a deciros: ¡Mi Sagrado Corazón triunfará por el Rosario de mi Madre!

Sí, a través de esta oración que los soberbios y los orgullosos desprecian, pero que los humildes y los elegidos aman y rezan fervientemente, mi Sagrado Corazón destruirá y aniquilará todo mal en la humanidad.

Mi Sagrado Corazón triunfará por el Rosario de mi Madre y por él, el Rosario, aniquilaré y desterraré todas las tinieblas que Satanás ha difundido en el mundo: de violencia, de apostasía y de maldad y haré brillar la luz radiante de mi gracia, de mi santidad, de mi gloria y de mi amor y haré llegar a toda la tierra nuevos tiempos de gracia, de santidad y de amor por mí.

Mi Sagrado Corazón triunfará por el Rosario de mi Madre y su victoria en Lepanto fue la señal que mi Sagrado Corazón os dio a todos vosotros. Una señal innegable de que el Rosario de mi Madre tiene todo el poder para aplastar todo el mal que existe en el mundo y allí donde el Rosario de mi Madre se reza con perseverancia y amor, allí, ella y yo realizamos maravillas de gracia para la salvación de las almas en todo el mundo.

Mi Sagrado Corazón triunfará por el Rosario de mi Madre y ésta será la suprema humillación de Satanás. Él, que con medios tan exquisitos y grandiosos trabajó intensamente para llevar a tantas y tantas almas con él a la perdición eterna, será vencido por una oración que todos consideran sencilla y repetitiva, pero que contiene los misterios de la redención, que contiene los méritos de mi Sagrado Corazón y los méritos de mi Santísima Madre.

Por eso tiene tanto valor y poder ante mi Padre. Y entonces, por los méritos de mi dolor, del dolor de mi Madre, de nuestra obediencia y amor al Padre, el enemigo será definitivamente vencido y aplastado, por esa oración en la que invocáis la gracia, la misericordia, el perdón y el amor del Padre por los méritos de mi Madre y por mis méritos contenidos en los misterios de mi vida y de la vida de mi Madre en el Santísimo Rosario.

Entonces mi Sagrado Corazón triunfará y traerá la paz definitiva al mundo entero. Rezad, pues, cada vez más el Rosario de mi Madre, porque cuantos más Rosarios recéis, más rápida y poderosamente actuaremos para llevaros a vosotros y al mundo entero al triunfo completo de nuestros dos Corazones Unidos.

Sí, ¡este es el Santuario del Rosario de mi Madre!

Aquí, donde mi pequeño hijo Marcos ya ha hecho 350 Rosarios meditados diferentes para mi Madre y para mí, mi Sagrado Corazón y el Corazón de mi Madre derraman gracias ilimitadas.

Sólo las almas que no quieran beber de esta fuente inagotable de gracia que brota de mi Corazón y del Corazón de mi Madre se perderán en los Rosarios meditados grabados por mi hijito Marcos.

Sí, él trabajó duro para hacer tantos Rosarios meditados para mí y mi Madre para nosotros. Y por eso él es el consuelo y la esperanza de nuestros Corazones.

Sí, feliz de quien rece estos Rosarios meditados grabados por él, porque no perderá la fe, no caerá en la apostasía, escapará a la trampa mortal del enemigo de estos últimos tiempos y alcanzará ciertamente la gloria eterna donde yo, junto con mi Madre le coronaremos con la corona de la vida eterna.

A todos bendigo con amor ahora: desde Dozulé, desde Paray-Le-Monial y desde Jacareí».

(María Santísima): «¡Hijos míos, soy la Reina y Mensajera de la Paz! Hoy, en el aniversario mensual de mis apariciones aquí, con mi hijo Jesús y todo el Cielo, vengo de nuevo a decir:

¡Yo también soy la Señora del Rosario! Mi Corazón Inmaculado triunfará a través de mi Rosario y bendito es el hombre que reza y ama mi Rosario.

Bienaventurado el hombre que rece mi Rosario todos los días, porque será llamado mi verdadero hijo y hermano de mi Hijo Unigénito Jesús.

Bienaventurado el hombre que reza mi Rosario cada día, porque le protegeré y le ayudaré en el momento de su muerte con todas las gracias necesarias para su salvación.

Bienaventurado el hombre que reza mi Rosario cada día, porque le libraré de todas las asechanzas de Satanás, no caerá fácilmente en el pecado y, aunque caiga, le levantaré rápidamente y le conduciré de nuevo por el camino de la gracia y de la salvación.

Bienaventurado el hombre que reza mi Rosario todos los días, porque no se verá acosado ni por la miseria espiritual ni por la temporal.

Bienaventurado el hombre que reza mi Rosario cada día, porque escribiré su nombre en mi Corazón Inmaculado.

Bienaventurado el hombre que reza mi Rosario cada día, porque no conocerá el fuego del Infierno ni el fuego del Purgatorio.

Bienaventurado el hombre que reza mi Rosario cada día, porque será amado por el Padre Celestial y será verdaderamente mi hijo querido y amado, a quien defenderé y protegeré en cada momento de su vida.

Bienaventurado el hombre que rece mi Rosario todos los días, porque no se contaminará ni contagiará de la enfermedad mortal de la apostasía, que en esos malos tiempos ya ha hecho perder a tantos la fe en las verdades más santas y amadas del Corazón de mi hijo y de mi Corazón.

Sí, en esos tiempos de apostasía en los que toda la humanidad languidece y se hunde en la falta de fe, aquí donde mi hijito Marcos grabó para mí más de 350 diferentes Rosarios meditados, mi Corazón Inmaculado mantiene la llama de la verdadera fe y del verdadero amor a Dios y a mí y las almas que aquí se dejan dócilmente enseñar, guiar, conducir por mí y por mi hijito Marcos, viven en la luz y son verdaderamente siervos e hijos de la luz.

Sí, aquí mi Corazón Inmaculado triunfará sobre los Rosarios meditados de mi hijito Marcos que es mi única esperanza, mi consolador y la última, la última esperanza de mi Corazón.

¡Adelante, hijito mío! Adelante haciendo más Rosarios meditados para mí, para combatir las tinieblas y hacer brillar la luz.

Sí, se acerca el final del tiempo de la gran tribulación y con él el comienzo de los grandes castigos. ¡No hay más tiempo! Casi todo está ya perdido. La fe casi ha desaparecido de nuestros corazones.

Y ahora es necesario que de una vez por todas cada uno se decida por el Cielo o por el Infierno, por la salvación o por la perdición. Y que cada uno corra a trabajar por su propia santificación mientras aún le quede un poco de tiempo, porque pronto se acabará el día y nadie podrá trabajar por sí mismo, por su propia santificación y la de su prójimo.

¡Adelante! Adelante, hijos míos, rezando mis Rosarios meditados en todas partes y en todo momento. Alejaos y dejad de una vez por todas las cosas mundanas y vuestros planes, porque de una hora a otra todo cambiará y los que estén apegados a las cosas terrenas que son pasajeras, verán con horror que han tirado por la borda la única oportunidad, la única ocasión dada por Dios para su salvación.

¡Santificad el tiempo, santificad vuestras almas!

¡Rezad mi Rosario todos los días!

A todos los que vengáis aquí el día 7 de cada mes, como prometí en 1993, os daré grandes gracias desde mi Corazón.

¡Id! Rezad durante 4 días seguidos el Rosario Meditado 194 y regalad este Rosario a 4 de mis hijos que no lo conocen para que mediten los mensajes grabados en él y aprendan cuanto antes el verdadero amor a Dios y a mí.

Ahora os bendigo a todos con amor: desde Lourdes, Pontmain, Fátima y Jacareí».

Vídeo de la APARICIÓN:

https://www.youtube.com/watch?v=gZt1NxQ0-Q4&t=736s

VIDEO DEL CENÁCULO:

https://www.apparitionstv.com/apptv/video/1440