Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 5 de enero de 2020
¡Comienza una nueva vida!

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz
«Queridos hijos, hoy os invito a todos a comenzar una vida nueva en el amor a Dios.
«Comenzad una vida nueva entrando en el camino de la salvación que aquí os muestro: el de la oración, el sacrificio, la penitencia, el amor a Dios.
Empezad una vida nueva, dejando a un lado el mundo y las cosas mundanas y enamorándoos de mi hijo Jesús, de mí y de las cosas del Cielo. Para que entonces, verdaderamente, nazca en tu alma y en tu corazón una nueva vida de gracia.
Comenzad una nueva vida en el amor de Dios abriendo vuestros corazones al amor del Señor, dejándole entrar y obrar sus maravillas en vosotros. Para ello, necesitas rezar, necesitas creer, necesitas ayunar, necesitas amar al Señor.
Reza. Sólo a través de la oración puedes sentir el amor de Dios. Sólo a través de la oración puedes crear dentro de ti un corazón amante del Señor. Y sólo a través de la oración puedes mantener dentro de ti este amor por el Señor.
La caída de todas las almas comenzó con la falta de oración. Y todas las almas condenadas al infierno porque no rezaron.
¡Reza! Porque en la oración Dios te colma de su amor, de su gracia y de su fuerza para vencer todo mal. Con la oración obtendrás grandes gracias.
¡Reza por la paz, que siempre está amenazada! Los hombres se han alejado de Dios y ahora vemos la falta de paz, la impaciencia, la perturbación.
Vemos egoísmo y maldad en los rostros de todos los hombres. Para cambiar esto, sólo hace falta una gran fuerza de oración, para que podamos transformar de nuevo los corazones: de desiertos de amor a verdes jardines de amor.
Por eso, hijos míos: ¡Rezad! ¡Rezad sin cesar! Y no os detengáis ni un momento, porque sólo a través de la oración puedo mantener viva mi llama de amor en vosotros y a través de vosotros difundir mi llama de amor por toda la tierra.
¡Reza mi Rosario! Todas las almas que se han condenado, ¡se han condenado porque no lo han rezado!
¡El infierno nunca ha conocido ni conocerá a un verdadero devoto de mi Rosario!
Os bendigo a todos con amor y especialmente a ti, mi hijito Marcos. Muchas gracias por estos Rosarios de la Misericordia y también por los Rosarios de mis Lágrimas que hicisteis para mí.
¡Sí! Gracias hijo mío, sacaron muchas espadas de dolor de mi Corazón Inmaculado, que fueron clavadas en él por los pecados del mundo entero.
¡Sí! Estos Rosarios consolaron mi Corazón y sacaron muchas espinas que fueron clavadas en el Corazón de Jesús. Sí, clavadas en los pecados de la humanidad.
Gracias a esto habéis reunido muchos méritos en el cielo. Por cada uno de estos rosarios, tú, hijo mío, has adquirido muchas gracias nuevas para ti, para tu padre Carlos Tadeo y también para las almas por las que quieres pedir.
Sí, estos Rosarios te han dado 50 gracias nuevas que derramaré sobre ti en los meses: Febrero, Mayo, Julio y Agosto de este año. Y para vuestro padre, daré 350.000 gracias por estos Rosarios tan maravillosos que habéis grabado para mí y que tocan la fibra más íntima de mi Corazón consolándome.
Sí, el fondo de mi Corazón fue tocado por el ardor con que grabaste estos Rosarios, tan ardientes de mi llama de amor.
Sí, por eso te daré a ti y a quien más amas, tu padre, todas esas copiosas gracias. Él recibirá estas gracias dentro de 6 años.
Y te prometo, cada vez más, intensificar mi presencia amorosa en su vida, amándole y ayudándole, cubriéndole con mi manto gracias a los méritos de estos rosarios que has hecho por mí.
Continúa, hijo mío, continúa haciéndolo para consolarme y para traer a mi Corazón a todos mis hijos que amo. Deseo tanto abrazarlos, deseo tanto guardarlos en el refugio de mi Corazón. ¡Deseo tanto protegerlos y salvarlos! Haced más, para que pueda llegar a mis hijos más lejos.
Y que todos vosotros deis 5 de cada una de estas Lágrimas y Misericordia a mis hijos que no me conocen. Para que conozcan mi amor por ellos y vengan todos a mi Corazón Inmaculado.
Te bendigo, mi siervo obedientísimo, mi abeja laboriosísima: Marcos Tadeo. Y también te bendigo a ti, mi hijito Carlos Tadeo. ¡Alégrate del hijo que te he dado! Te di el mejor, el más trabajador, el más entregado, el más esforzado para mí. ¡Te di lo mejor! Ama y prefiere lo mejor, y entonces, mucho más de mi Corazón, a través de él, aprovecharás y recibirás. Eso es amor para ti. Esta es la gran señal de mi inmenso amor por ti.
Os bendigo ahora con amor desde Banneux, Pellevoisin y Jacareí».
(María Santísima después de tocar los objetos santos): «Como ya he dicho, allí donde se encuentre uno de estos rosarios, allí estaré viva con mi hija Santa Camila, portadora de grandes gracias del Señor.
¡Ahora os bendigo a todos con amor, una vez más, para que seáis felices y yo os deje mi Paz!
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