domingo, 2 de septiembre de 2018

¡Cuento Con Vosotros, Hijos Míos, Para Ayudarme A Salvar Más Almas!

(María Santísima): Queridos hijos, hoy os llamo de nuevo a todos para que luchéis conmigo por la salvación de la humanidad.

La guerra entre Mi adversario y Yo avanza, los malvados comprometen todas sus fuerzas junto con Satanás para destruir Brasil y el mundo.

Cuento con vosotros Mis Apóstoles, para ayudarme a salvar la Tierra de la Santa Cruz y el mundo con más Oración y Sacrificios.

Haced los Cenáculos con renovado ardor, llevando Mis Mensajes a todos Mis hijos lo antes posible, para que ellos también puedan unirse a Nosotros en Mi gran Ejército de Oración y ayudarme a salvar el mundo.

Deseo que entregues 30 Filmes de Mi Aparición en La Salette nº 1 a Mis hijos que no Me conocen. Y también 28 de las grabaciones de Mi Aparición en Umbe, que hizo Mi hijo Marcos para que Mis hijos sepan que Mi Aparición es tan importante. Y así, convertíos, secad Mis Lágrimas y desenvainad Mis espadas del Dolor con vuestras oraciones y vuestra vida santa.

Cuento con vosotros, hijos Míos, para que Me ayudéis a salvar más almas.

¡Id! Este mes por este gran estado de São Paulo que tanto amo, que es tan querido a mi Corazón Inmaculado.

Id a las ciudades que aún no han escuchado Mis Mensajes. Difundidlos, haced allí los Cenáculos para llevar a todos Mis hijos a Mi Corazón Inmaculado.

Rezad 4 Rosarios de mi Inmaculada Concepción por Brasil, y rezad 6 Rosarios del Espíritu Santo por la conversión de los pecadores y por mis planes.

Continúa rezando el Rosario todos los días. Con el Rosario salvaré al mundo, salvaré a Brasil.

Vivid hijos Míos la Virtud de la Fortaleza, siendo fuertes en las pruebas, haciendo cosas grandes y arduas por Dios y soportando con valor, con coraje heroico la enfermedad, el sufrimiento y la prueba.

Vivid también la Virtud de la Caridad, haciendo todo con Amor y siendo Amor.

Cread en vosotros un corazón puro, es decir, un corazón que no tenga nada de mundano y esté lleno de cosas y riquezas celestiales. Para que todos puedan ver la pureza de sus corazones. Y viendo la belleza de la pureza quieran también tener en sus almas esta belleza sobrenatural, conferida por la Virtud de la Pureza.

A todos bendigo con Amor ahora desde La Salette, desde Pellevoisin y desde Jacareí».

(San Judas Tadeo): «Amadísimo hermano Carlos Tadeo, hoy vengo a darte Mi Mensaje que normalmente es el día 28, pero he querido dártelo hoy extraordinariamente, para que lo oigas bien teniendo en cuenta cuánto te amo.

Sí, te amo querido hermano, te amo con todas mis fuerzas, siempre he amado y siempre amaré.

Es más fácil que el mar se seque por completo y se convierta en un desierto seco a que desaparezca mi amor por ti.

Has de saber que cuando Yo predicaba, el malvado Alan, no desistiendo de sus planes de quitarme la vida, viendo que no había tenido éxito con la máquina de los cuatro vientos y tampoco con la máquina de las pasas, inventó una nueva forma de quitarme la vida.

Acompañado de otros hombres tan malvados como él y de sacerdotes de los dioses paganos que se sentían amenazados por Mi Predicación. Juntos tramaron acabar con Mi vida.

Un día, cuando predicaba en una aldea y había terminado de anunciar la Palabra del Señor, Me detuvieron en una de las calles de la ciudad, Me ataron a un ancla y Me arrojaron a un río de gran corriente para que allí Me ahogara.

El Señor envió de nuevo a San Miguel Arcángel para que me ayudara. Cortó la cuerda y el ancla quedó atascada en el fondo del río, mientras yo era conducida por San Miguel a la orilla del río, secándose milagrosamente incluso mis vientos.

La gente aún no convertida, al ver aquel milagro se convirtió inmediatamente y creyó en Mi Predicación, dando su «Sí» al Señor Jesús y a Su Santa Madre.

Alan, aún más inflamado de odio contra Mí, volvió a encarcelarme con sus seguidores y trató de acabar con Mi vida, de poner fin a Mi existencia. Esta vez, atando Mis pies y Mis manos a diferentes caballos y ordenándoles que emprendieran una carrera insensata, desgarrando y destrozando Mis miembros.

Los caballos echaron a correr, el dolor que sentí en Mis miembros fue sencillamente mortal, tan grande que no puedo describir con palabras el dolor que sentí.

Pero de nuevo Mi Santísima Reina envió a San Miguel Arcángel que cortó las cuerdas y los caballos huyeron en una carrera insensata. Caí al suelo sintiendo un gran dolor. San Miguel colocó Su Manto Celestial sobre Mí y curó completamente los dolores de Mis miembros.

Me levanté perfectamente curada y la gente que aún no se había convertido, al ver este milagro se convirtieron finalmente a la Santa Fe Católica y creyeron en Nuestro Señor Jesucristo.

Los que ya se habían convertido se fortalecieron aún más en su fe. Ofrecí todo esto por ti, querido hermano.

Sí, cuando estaba en el fondo del río ahogándome, ofrecí por ti ese martirio. Y cuando me ataron a los caballos, sentí el gran dolor en Mis miembros por ser arrastrado por ellos, también ofrecí por ti esos dolores punzantes que incluso Me hicieron llegar al umbral de la muerte.

¡Siempre os he amado y siempre os amaré!

Y Aquel que sufrió tanto y ofreció tanto por ti, nunca te abandonará. Nunca te dejará, nunca te negará ningún favor que quieras, que pidas. Todo lo que esté de acuerdo con la Santa Voluntad del Señor te será concedido.

Si me pides estos Mis dolores que he ofrecido por ti. Y en verdad, todo lo que pidáis a los Corazones de Jesús y de María en nombre de mi martirio y sufrimiento, todo os será concedido si es la Voluntad del Señor y el bien de las almas.

Yo, Judas Tadeo, os amo.

Fui capaz de soportar que me arrojaran a un río por amor a ti. Soporté el dolor de ser arrastrado por caballos y que me descoyuntaran los miembros por amor a ti.

Fui capaz de sufrir tanto por ti. No soy capaz de dejar de amarte.

Así que confiad siempre más en mi amor, rezad siempre mi Rosario, por él os concederé grandes Gracias.

Continúa rezando cada día el Santísimo Rosario de Nuestra Santa Reina. Por él, siempre más, recibirás infinitas gracias del Sagrado Corazón de Jesús y de nuestra Bendita Reina.

Lleva siempre contigo, querido hermano, los Rosarios tocados, al menos uno de ellos, porque recibirás grandes influjos de gracias a través de ellos dondequiera que estés. Y procura estar siempre conmigo en la intimidad de la oración profunda, allí te consolaré y acumularé mis gracias de amor.

El próximo mes de octubre hablaréis con renovado amor del Santísimo Rosario de la Madre de Dios. Hablad también de Mi Vida, de los dolores que os he revelado.

Y sobre todo, hablad también profundamente de la vida de San Camilo de Lellis, para que todos los que conozcan la vida de Él, que tanto amó al Señor, le imiten también en su Caridad Angélica que le elevó a tan gran altura de Gracia y Amor del Señor.

Os bendigo ahora con Amor generosamente y sobre vosotros y todos estos Mis amados hermanos, derramo Mis Grandes Bendiciones de Nazaré, Jerusalém y Jacareí».

(María Santísima): «Como dije antes, allí donde llegue uno de estos Rosarios, allí estaré Yo viva llevando las grandes Gracias del Señor.

A todos de nuevo bendigo y dejo mi paz».