jueves, 28 de marzo de 1996

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, ¡escuchen atentamente Mi llamado!

Deseo pedirles más oración del Rosario. Me doy cuenta de que confían poco en la eficacia del Rosario. ¡Confíen más en el poder del Rosario que tanto amo!

No tengo otro deseo sino que ustedes mismos sean un Rosario viviente en medio del mundo, mostrando a todos la alegría de DIOS, fuerza en el sufrimiento, y la certeza del Cielo.

En una batalla, si el adversario encuentra a los soldados sin defensa, sin su arma, son aniquilados. Por lo tanto, hijos, ¡que Satanás no los separe del Rosario!

El Rosario cuenta la VIDA de Mi Hijo Jesús:

En el Rosario están las Lágrimas y la Sangre de Mi Hijo Jesús. ¡En los Misterios Dolorosos está la Cruz de Mi Hijo!

En el Rosario está el Espíritu Santo, que descendió sobre mí y los Apóstoles.

En el Rosario están los Ángeles, representados en Gabriel, que vino a mí en la Anunciación, cuando anuncian a los pastores el nacimiento de Jesús, cuando un Ángel consuela a Cristo en el Huerto de los Olivos, y cuando ellos mismos vienen a anunciar la Resurrección, y me llevan en CUERPO y ALMA al Cielo.

En el Rosario está el PADRE, porque el PADRE era TODO en Jesús, y Jesús era TODO en el PADRE.

Por lo tanto, Mis hijos, el Rosario es la oración universal, ¡es el arma por la cual el mundo será salvado! No busquen otras soluciones para el mundo, porque no existirán.

¡La salvación ofrecida por DIOS es el Santo Rosario!

El Rosario los guiará a ser íntimos con el PADRE, Templos del Espíritu Santo, amigos de los Ángeles, y totalmente Mis hijos.

Por lo tanto, quien ama Mi Rosario, vive la Misa y vive la oración, con corazón humilde, abierto, y lleno de Paz.

¡Los bendigo a todos en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo!

¡Permanezcan en la Paz del Señor!"