jueves, 21 de marzo de 1996

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, deseo, con todo Mi Corazón de Madre, decirles hoy una vez más: ¡RECEN!

Nada es más importante que la oración ahora.

Lo que el mundo necesita no es poder, grandeza, sino lo que el mundo necesita es DIOS, Mi AMOR, ¡y la oración!

Si rezan, todo lo que no tienen la fuerza para superar solos se resolverá, porque la oración es un río de agua viva que fluye hacia la VIDA ETERNA.

Quien reza, camina en el mundo como un río que terminará en el Cielo, en la eternidad, en la vida en DIOS, que nunca terminará.

Recen para que sus corazones ya puedan experimentar la presencia y la Paz del Cielo en la Tierra!

Yo rezo por ustedes todos los días a DIOS por su Paz. Recen también por la Paz del mundo, tal como Yo rezo por ella.

¡Recen el Rosario todos los días!

¡Lo que digo es serio! ¡Es su Cielo lo que está en decisión, Mis hijos!

Un pecado suyo podría hacerles perder el encuentro conmigo y con el PADRE! ¡No jueguen con su salvación!

Recen por la verdad! ¡Recen con amor! ¡Recen con toda humildad, con toda confianza, y con toda su entrega a DIOS!

¡Consagrense! ¡No mantengan sus corazones con ustedes! Dejen sus corazones seguros conmigo, porque si están en Mis Manos, el enemigo no Me puede quitar!

Cuando digo consagrense, es vivir Mis Mensajes, rezar el Rosario, dejar de lado la televisión, ayunar, confesar todo el mes, creer, vivir en Paz.

Yo los bendigo a todos en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. (pausa) ¡Permanezcan en la Paz del Señor!"