sábado, 10 de febrero de 1996

Mensaje de Nuestra Señora

Queridos hijos, coloco en cada uno de ustedes el AMOR de mi Inmaculado Corazón.

Queridos hijos, transformen todo el odio en amor; transformen en Paz todo lo que es guerra; transformen en santidad todo lo que es pecado, y que no es bueno.

Únanse a mí en esta difícil misión, ¡en este duro trabajo de la conversión de la humanidad!

Como saben, les he dicho tantas veces que Satanás se ha presentado ante DIOS, pidiendo tiempo para probar a la Iglesia y al mundo, queriendo destruirlos.

Satanás se ha extendido por todo el mundo, legiones de ángeles malignos, para seducir a cada uno de ustedes, para alejarlos de DIOS, para alejarlos de la santidad y la oración, y para arrojarlos al fuego del infierno.

Pero Yo, junto con San Miguel y todos los Ángeles y Santos, he descendido en estos tiempos para luchar contra la acción del enemigo, ¡y pronto mi Inmaculado Corazón triunfará!

¡Estos son Mis Tiempos! ¡Mis TIEMPOS están aquí!

¡Este es el tiempo de la oración y la penitencia!

¡Este es el tiempo del Rosario y la devoción a mi Inmaculado Corazón!

¡Este es el tiempo de la Eucaristía y el Espíritu Santo!

¡Este es el tiempo de la Comunión de Reparación y el Rosario de la Paz!

¡Este es el tiempo de Mis Lágrimas y Mis Mensajes, transmitidos de AMOR, CUIDADO y Fidelidad!

¡Este es el tiempo de la Madre del Cielo que desciende terriblemente como un ejército en orden de batalla; brillante como el sol, hermosa como la luna, hermosa como las estrellas!

¡Este es el tiempo de su querida Madre que viene a ser la paz de sus corazones!

Por lo tanto, mis hijos, vuelvan a poner el Rosario en sus manos y en sus corazones, rezándolo con amor, unidos a Mí.

¡Este es el mensaje que les traigo de nuestro Dios!

¡Los amo! ¡Soy su Madre! ¡Los amo! ¡Los amo! ¡Los amo!

¡Los bendigo a todos en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Permanezcan en la paz del Señor!"