viernes, 6 de noviembre de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy, entré en cierta Iglesia para la Santa Misa. Al llegar allí, había un señor que higienizaba las manos de los fieles con alcohol. Durante el momento de la comunión, cuando todos se disponían a recibir a Jesús en sus manos, este hombre, más que nunca, comenzó a rociar con alcohol las manos de todos sin detenerse un solo instante. Fue entonces cuando oí la voz de Jesús que me dijo,

Hijo mío, mi Cuerpo es Sacrosanto. ¿No merezco un poco de respeto? Cómo sufre mi Corazón. Mira lo que hacen. Soy el Pan Vivo bajado del cielo, ultrajado y ofendido por tantos en estos tiempos. No son conscientes de que soy Dios y de que por cada acto de ultraje e irreverencia cometido contra mí, mi Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad serán culpados y juzgados. Todo es una acción satánica que ha hecho que muchos se inclinen ante el mal y lo acepten sin tener en cuenta mi honor, gloria y majestad. Reza y repara a muchos que me ofenden.

He comenzado a ofrecer a Jesús reparación, pidiendo perdón, por todos aquellos que siguen las normas y órdenes del mundo en lugar de obedecer Sus Leyes y mandatos. Tiempos crueles. No comunión en la mano. No ofendamos al Señor. Hice comunión espiritual en ese momento y sentí la presencia de Jesús en mí tan fuerte que le alabé y le di las gracias por tan gran amor dispensado.