miércoles, 5 de agosto de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Nuestra Santa Madre, ha venido una vez más desde el cielo, para transmitirnos su llamada a todos sus hijos del mundo entero.

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre, os pido: escuchad mis llamadas a la oración. El mundo está herido por el odio y la violencia y se ha dejado corromper por Satanás a causa del dinero, el poder, la ambición y el egoísmo. Vuelve al Señor con el corazón arrepentido de todos tus pecados. Renuncia al mal y al engaño de este mundo, para que merezcas el amor y el perdón de mi Divino Hijo. Decidíos por Dios para que Su paz y Su amor llenen vuestros corazones y os curen de las muchas heridas infligidas a vuestras almas a causa de vuestros pecados y de vuestra desobediencia a Sus Divinas Leyes.

Hijos míos, el demonio está preparando grandes conflictos, no sólo en una determinada región de la tierra, sino en todo el mundo, implicando a muchos países. Rezad por la paz, rezad por la conversión de los pecadores.

El mundo está al borde de grandes conflictos y de grandes sufrimientos como nunca antes. Han construido armas terribles que pueden eliminar a muchos de mis hijos en pocos segundos. Los orgullosos y los poderosos quieren eliminarte a ti y a tus familias. Luchad contra todo mal rezando mi Rosario, consagrándoos diariamente a nuestros tres Sagrados Corazones y ayunando, y yo y mi Esposo José rezaremos por todos vosotros ante el trono de mi Hijo Jesús.

Convertíos, convertíos, convertíos, porque ante vuestros ojos están sucediendo tiempos de gran dolor y muchos permanecen incrédulos y duros de corazón ante Dios, porque hacen la voluntad de Satanás en lugar de la voluntad del Señor y no forman parte de las ovejas de mi Hijo Jesús, porque han sido corrompidos por los errores y engaños del mundo. No os dejéis engañar ni corromper. Sed de Dios, luchad y defended la verdad y mi Hijo siempre estará con vosotros, os ayudará y os bendecirá. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.