sábado, 28 de marzo de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

El Señor me ha dado hoy esta lectura para que la medite toda la Santa Iglesia y la humanidad.

Josué, 7

1.Los israelitas cometieron una infidelidad en relación con el interdicto. Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Za-ra, de la tribu de Judá, retuvo para sí algunas cosas condenadas, y la ira del Señor se encendió contra los israelitas. 2.Josué envió hombres desde Jericó a Hai, situada cerca de Bet-aven, al este de Bet-el: «Subid -les dijo- y explorad la tierra. Subieron y exploraron Hai. 3.Cuando volvieron a Josué, le dijeron: «Es inútil que suba todo el pueblo, sino que vayan sólo dos o tres mil hombres y tomen la ciudad. Que no se fatigue toda la gente, pues la población de la ciudad es muy pequeña». 4.Tres mil hombres aproximadamente se pusieron en camino, pero fueron derrotados por la gente de Hai, 5 cayendo muertos treinta y seis hombres; los enemigos los persiguieron desde la puerta de la ciudad hasta Sabarim, mientras huían por la ladera. El pueblo quedó consternado ante esto y perdió todo valor. 6.Josué se rasgó las vestiduras y se postró con el rostro en tierra hasta el anochecer ante el arca del Señor, tanto él como los ancianos de Israel, y se cubrieron la cabeza de polvo. Oh Señor -gritó Josué-, ¿por qué has hecho pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en manos de los amorreos, que nos destruirán? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado del río! 8.¿Qué diré, Señor, cuando vea que Israel da la espalda a sus enemigos? 9.Los cananeos y todos los habitantes de la tierra lo sabrán, y nos rodearán y harán desaparecer nuestro nombre de la faz de la tierra. ¿Y qué harán con su gran nombre? « 10.Entonces el Señor dijo a Josué: «¡Levántate! ¿Por qué estás así postrado con el rostro en tierra? 11.Israel ha pecado, hasta el punto de violar la alianza que yo les había prescrito, y hasta el punto de llevarse las cosas votadas, robarlas, esconderlas, ocultarlas entre el equipaje. 12.Por eso los israelitas no pudieron resistir a sus enemigos, sino que les dieron la espalda, pues cayeron bajo el interdicto. Si no quitáis la maldición de en medio de vosotros, a partir de ahora ya no estaré con vosotros. 13.Ve y santifica al pueblo. Diles: Purificaos para mañana, pues he aquí lo que dice el Señor, el Dios de Israel: El anatema está en medio de ti, Israel. No podréis resistir a vuestros enemigos hasta que hayáis quitado el anatema que hay en medio de vosotros'. 14.Vendréis mañana, tribu por tribu; la tribu designada por el Señor se presentará familia por familia; y la familia designada se presentará por sus casas; y la casa designada por el Señor se presentará por personas. 15.El designado por el interdicto será quemado, él y todo lo que le pertenece, porque ha violado la alianza del Señor y ha cometido una infamia en Israel.» 16.Al día siguiente, por la mañana, Josué hizo venir al pueblo, tribu por tribu, y la suerte cayó sobre la tribu de Judá. 17.Luego, al acercarse las familias de Judá, la suerte señaló a la familia de Zara. Acercó a la familia de Zara por familias, y la suerte cayó sobre la familia de Zabdi, 18.que se acercó por personas; la suerte cayó sobre Acán, hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zara, de la tribu de Judá. 19.Josué le dijo: «Hijo mío, da gloria y honor al Señor, Dios de Israel; confiésame lo que has hecho y no ocultes nada.» 20.Acán respondió a Josué: «Sí, soy yo quien ha pecado contra el Señor, el Dios de Israel. Esto es lo que he hecho: 21.Vi entre el botín un hermoso manto de Senaar, de doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de cincuenta siclos, y lo codicié y lo tomé. Todo esto está escondido en la tierra, en medio de mi tienda, y la plata debajo del manto. «* 22.Josué envió a unos hombres a investigar la tienda, y vieron que los objetos estaban allí escondidos, y la plata debajo. 23.Los cogieron y los llevaron a Josué y a todos los israelitas y los pusieron ante el Señor. 24.Entonces Josué, en presencia de todo Israel, tomó a Acán hijo de Zara, con la plata, el manto, el lingote de oro, los hijos y las hijas de Acán, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo lo que le pertenecía, y los llevó al valle de Acor. 25.Cuando llegó allí, Josué dijo: «¿Por qué nos has confundido? Que el Señor te confunda hoy!». Todos los israelitas lo apedrearon. Y los quemaron en el fuego después de apedrearlos. 26.Y juntaron sobre Acán un gran montón de piedras, que aún hoy sigue en pie. Así se aplacó la ira del Señor. Por eso el lugar lleva aún hoy el nombre de valle de Acor».