sábado, 30 de noviembre de 2019

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, Yo, vuestra Madre, os llamo a Dios, ahora y siempre. Dejad atrás el camino del pecado y comenzad una nueva vida en el amor de mi Divino Hijo, una vida santa, donde su amor reine en vuestros corazones y brille en vuestras vidas, irradiando vida y gracia a todas las almas que están en la oscuridad, cegadas por satanás.

Rezad para tener la fuerza de vencer las seducciones del demonio. No os engañéis, las alegrías del demonio son ilusorias y fugaces, esclavizan vuestras almas para llevaros al infierno. Rezad el Rosario y todos los grilletes del pecado serán destruidos y quedaréis libres de sus garras, para servir al Señor en la vida de la gracia y de la santidad.

Renunciad al mundo, sacrificando vuestra propia voluntad para hacer la voluntad de Dios. Recordad, hijos míos: todo lo que dejéis en este mundo, lo recibiréis centuplicado en el Reino de mi Hijo. Todo lo que hagáis por mí y por mi Hijo Jesús no será olvidado.

Os amo y os digo que luchéis esta terrible batalla espiritual en estos tiempos con la oración, con el ayuno, con sacrificios ofrecidos con amor por mi Hijo Jesús.

Cada oración y sacrificio es precioso para reparar los terribles pecados que se están cometiendo en el mundo.

Se están cometiendo muchos pecados dentro de la Casa de Dios y ofendiendo tanto al Señor. Son los escándalos de una vida impía, cometidos por los Ministros del Señor. Nunca se ha ofendido tanto a mi Hijo como ahora, en estos tiempos, cuando los sacerdotes han convertido sus vidas en un lodazal de impureza.

Reza por los Ministros infieles, para que se arrepientan de sus pecados y den buen ejemplo, de lo contrario serán castigados terriblemente por el Señor.

Doblad sus rodillas hasta el suelo e implorad la misericordia de Dios sobre ellos. Escuchad mis llamamientos, llevad mis palabras a vuestros corazones. Vivid mis llamamientos con amor y fe. Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.