viernes, 8 de noviembre de 2019

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz mis amados hijos, paz!

Hijos míos, yo vuestra Madre, vengo del cielo para pediros: cambiad de vida, arrepentíos de vuestros pecados, dejad atrás las cosas malas. Sed de Jesús con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma, mente y vida.

No te dejes engañar por el demonio y las ilusiones del mundo. No perdáis vuestro lugar en el cielo. El mundo pasa, hijos míos, pero el cielo es para siempre. No os engañéis: sólo hay un Dios y sólo hay una fe. No hay varias Iglesias que conduzcan a la salvación, sino sólo la Iglesia que mi Hijo Jesús os dejó, y ésa es la Iglesia católica.

Abrid vuestros corazones a las verdades de Dios y cerradlos a las mentiras de Satanás. Pedid perdón por vuestros pecados. Tened la fuerza de renunciar a lo que os aprisiona en las garras de satanás. Confesaos. Vivid una vida más pura y santa. La impureza ofende mucho a Dios y al Corazón de mi Madre.

Dejad para siempre los pecados impuros, pues son los que más conducen a las almas al fuego del infierno. Sed fieles, esposos y esposas. Dejad atrás las infidelidades y los adulterios. Renovad vuestras vidas en el amor de mi Divino Hijo.

Los tiempos son graves. Muchos caminan por el camino de la perdición que conduce al fuego del infierno. Pedid la luz y la gracia del Espíritu Santo para que seáis verdaderos discípulos de mi Hijo de Jesús e hijos míos, amadísimos.

Hijos míos, escuchadme. No permanezcáis sordos a mi llamada. El mundo está a punto de pasar por grandes pruebas y castigos, y no está preparado para lo que está por venir.

Aquí, donde he aparecido, dejaré una señal en la cruz de la montaña. Esta señal será el comienzo de acontecimientos que cambiarán vuestras vidas para siempre. No os perdáis el Cielo. Esforzaos por estar al lado de mi Hijo en el Paraíso.

Os amo y no quiero vuestra condenación eterna. Os acojo en mi Corazón Inmaculado y os cubro con mi manto protector.

Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.