lunes, 1 de julio de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Mis queridos hijos, Yo soy la Virgen Madre de Dios y Reina de la Paz.

Mis pequeños, oren, oren, oren mucho por mis hijos pecadores, porque los pecadores no saben lo que les espera si no se convierten. Sufro tanto por todos mis hijos.

He venido al mundo durante siglos para invitarlos a la conversión, pero muchos aún tienen corazones endurecidos y no quieren escuchar mis llamados, que he hecho en muchas partes del mundo. Aparecí en Fátima, pero mis peticiones en Fátima no se han puesto en práctica. Aparecí en Banneux, pero mis hijos no quisieron responder a mis llamados. Aparecí muchas veces en Montichiari, donde me revelé como Madre de la Iglesia, pero una vez más mis súplicas no fueron recibidas como debían ser.

Mis hijos, no mantengan sus corazones endurecidos, ¡escúchenme! Soy la Madre de Dios y la Mediadora de todas las gracias. Les ruego, con mi Inmaculado Corazón en mis manos, atravesado por afiladas espinas, que regresen al Señor, el Salvador del mundo. Escúchenme mientras todavía haya tiempo. Los amo tanto. Mis llamados son latidos de amor de mi Inmaculado Corazón. Bendigo a todos ustedes, mis hijos, a todos, y a sus familias. Tomen mi paz y la paz de mi Corazón. Estoy aquí porque deseo guiarlos a mi Hijo Jesús. Él los ama tanto. Les digo de nuevo: amen a Jesús. Eso es todo lo que quiero. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

Muchas veces tuve que pasar por muchos contratiempos y sufrir por la incredulidad de la gente. Durante esta aparición hubo una persona que no creía, porque era una incrédula. Nuestra Señora me hizo sentir en mi corazón el frío de esta persona y de muchas otras que habían estado presentes en la aparición. Poco después de la aparición, esta persona vino a mí para cuestionarme, y de vez en cuando me hacía preguntas frías y algo incómodas, pero sentí la presencia de Nuestra Señora que siempre me ayudaba a saber cómo responder a tales preguntas con calma y moderación, y a tener paciencia al escucharla.