sábado, 22 de agosto de 2020

Fiesta de la Realeza de María

Mensaje de la Santísima Virgen María dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

La Santísima Virgen María dice: «Alabado sea Jesús».

"Queridos hijos, hoy os hablo como Reina y Madre de todos los corazones, incluso de los corazones de los infieles. Por vuestras elecciones pecaminosas, no podéis cambiar Mi papel en el Cielo, que Dios tanto quiso darme. Sigo siendo y seré siempre vuestra Madre y Reina del Cielo y de la Tierra. Como cualquier madre, Me entristezco cuando uno de Mis hijos elige el pecado en lugar de la rectitud. Imaginad, pues, Mi tristeza en estos días en que gran parte de la población mundial vive según opciones que no agradan a Mi Hijo.* Pocos en el mundo Me reconocerán hoy como alguien que les ama e intercede en su favor ante el Trono de Dios. En la fe está vuestro poder, queridos hijos. La fe en la oración es la fuerza que puede cambiar los acontecimientos del mundo, tanto los actuales como los que están pendientes en el futuro."

"Vosotros no veis ni creéis en acontecimientos tan horribles que el pecado puede traer sobre la tierra. Así que vengo como madre preocupada una vez más para advertiros y amonestaros. Cambia tus prioridades ahora que aún estás a tiempo. Haz que complacer a Dios sea tu objetivo más importante. Busca siempre complacerle a Él y a Su Divino Hijo. Sólo esto podría cambiar la dirección de los acontecimientos mundiales que se avecinan».

"Hoy celebro con los que Me escuchan ser su Madre y Reina de todos los corazones. Sí, soy Reina incluso de los incrédulos. No desoigáis Mi súplica hacia vosotros. Reza y sacrifícate por los desobedientes cuyas acciones traspasan Mi Corazón como una espada blandida por el mismo Satanás. Reparad a nuestros Corazones Unidos.** Os prometo que Mi Bendición descansará sobre vuestros más pequeños esfuerzos».

Lee Jonás 3:6-10+

Entonces llegó la noticia al rey de Nínive, y se levantó de su trono, se quitó el manto, se cubrió de cilicio y se sentó en ceniza. E hizo pregonar y publicar por Nínive: «Por decreto del rey y de sus nobles: Que ni hombres ni animales, ni rebaños ni manadas, prueben nada; que no se alimenten ni beban agua, sino que hombres y animales se cubran de cilicio y clamen poderosamente a Dios; sí, que cada uno se convierta de su mal camino y de la violencia que tiene en sus manos. ¿Quién sabe si Dios se arrepentirá y se apartará de su feroz ira, para que no perezcamos?». Cuando Dios vio lo que hacían, cómo se apartaban de su mal camino, se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

* Jesucristo.

** Los Corazones Unidos de Jesús y María.