miércoles, 31 de julio de 2019

Miércoles, 31 De Julio De 2019

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Él dice: "Hijos, vaciad vuestros corazones de toda preocupación en espera de Mi Bendición Patriarcal venidera.* Permitidme que llene vuestros corazones con Mi Presencia - Mi Amor Divino. No vengáis con un corazón incrédulo o que busque pruebas de la realidad de todo lo que aquí ocurre."

"Lo que hay entre Mí y cada corazón que viene es privado y especial. Cuanto más te abandones a Mí, mayor será tu experiencia aquí ese día. Cómo desearía que cada corazón estuviera presente ese día. Sería un gran paso hacia la paz mundial».

"Algunos de los que vienen aquí pretenden destruir la fe de los que creen en la Verdad de este Ministerio.** No recibirán Mi Bendición. Algunos de los asistentes ni siquiera creen en Mí. Protejo a los que vienen con fe y esperanza en sus corazones. Mi Bendición consiste en atraer a los corazones hacia una santidad personal más profunda a través de la Verdad».

* En el lugar de la aparición de la Fuente y Santuario de Maranatha, en la Fiesta de Dios Padre y de Su Divina Voluntad -este año, el 4 de agosto de 2019-, siempre el primer domingo de agosto. Para comprender el significado de la Bendición Patriarcal de Dios Padre, consulta:

'www.holylove.org/files/God_the_Fathers_Patriarchal_Blessing.pdf'.

** El Ministerio ecuménico del Amor Santo y Divino en el Manantial y Santuario Maranatha.

Lee 1 Juan 3:19-24+.

En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestros corazones ante él siempre que nuestros corazones nos condenen; porque Dios es más grande que nuestros corazones, y él lo sabe todo. Amados, si nuestros corazones no nos condenan, tenemos confianza ante Dios; y recibimos de él todo lo que pedimos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y nos amemos unos a otros, tal como él nos ha mandado. Todos los que guardan sus mandamientos permanecen en él, y él en ellos. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.