domingo, 14 de abril de 2019

Domingo de Ramos, Capilla de la Adoración

¡Hola, queridísimo Jesús! Es muy bueno estar aquí contigo, Señor. Gracias por la Santa Misa de este Domingo de Ramos. Gracias por la Santa Comunión, Jesús. Moriste para que tuviéramos la Santa Comunión. Señor, estoy consternado por lo que están pasando dos familias de nuestra parroquia. Hay un profundo dolor emocional y espiritual y los niños están confusos y desgarrados. Jesús, Tú curas todas las heridas y conoces cada situación. Por favor, ayúdales. Cúralos. Saca vida de su quebrantamiento. Señor, ¿qué puedo hacer en medio de su angustia? Es un verdadero dilema. Ojalá (nombre oculto) estuviera aquí para hablar con él. Pero, Tú estás aquí Jesús. Tú estás en medio de nosotros. Tú estás en medio de ellos y caminas con ellos. Por favor, por favor, ayuda a (nombre oculto). Está muy confundido y está sufriendo. Dale gracias para venir a la Iglesia, Señor. En su dolor, se aleja de Ti, fuente de curación. Es sólo un niño, Señor, y no sabe lo que hace, ayúdale. Dale paz, Jesús. Ayuda a (nombre oculto) Señor a saber lo que debe hacer. Dale paz mental y claridad de pensamiento. Señor, no quiero juzgar. Sólo Tú conoces la verdad, Jesús. Sana a todos los implicados y reconcilia a estas familias por Tu misericordia. Señor, hay muchas personas que necesitan oraciones; muchas están enfermas, algunas luchan contra adicciones, vidas rotas, enfermedades crónicas y rechazo. Jesús, Tú conoces a cada uno por su nombre. Sánalos, Señor. Venda sus heridas. Libéralos de la opresión y de los pecados que han roto su relación contigo. Sálvanos, Salvador del Mundo. Esparce la esencia de Tu Espíritu y la fragancia de Tu Divina y Santa Voluntad sobre cada alma de la tierra, pues Tú eres Dios. Tú creaste el mundo de la nada, Señor. Tú hablaste y el mundo vino a la existencia. Derrama Tu Santo Espíritu sobre esta tierra, Señor. Renueva la faz de la tierra mediante el Triunfo del Corazón Inmaculado de Nuestra Santa Madre María.

¡Oh, Jesús! Ya has empezado a obrar en la vida de mi amigo (nombre oculto). Alabado seas, Señor. Acaba de avisar (conversación omitida). Sí que trabajas rápido, Jesús. Estoy muy agradecida y mi corazón está lleno de alegría. Gracias por aliviar un poco esta carga, Señor. Siempre me das tanta esperanza. Tú eres el Dios de lo imposible. Tomas lo que parece una situación imposible y muestras la salida. Alabado seas, Señor Dios del Cielo y de la Tierra.

Jesús, me han pedido que rece por (nombre oculto). Yo no le conozco, Señor, pero Tú sí. Por favor, cúralo y devuélvele el sacerdocio. Oh, Jesús, una mujer (nombre oculto) está con respiración asistida. Sus órganos están fallando y es madre soltera. Cúrala, por favor. Dale una nueva vida en Ti, Señor Dios. Señor, sus hijos la necesitan. Por favor, Jesús. Santa Madre, intercede por (nombre oculto). Está en una situación desesperada, pero Tu Hijo todo lo puede y Él hace nuevas todas las cosas. Por favor, pídele que cure a (nombre oculto). Su vida pende de un hilo. Que se haga la Voluntad de Dios. Tu Voluntad es perfecta, Señor y confío plenamente en Tu Voluntad. Jesús, siento divagar así. Hay tantas necesidades. Te las confío todas a Ti. Te entrego a cada persona por su nombre, Señor, (nombres retenidos) y a todos tus santos hijos sacerdotes y hermanas y hermanos religiosos. Te pido por los sacerdotes que han muerto, Señor. Por favor, llévate sus almas al Cielo. Señor, ¿tienes algo que decirme hoy? Eres un Señor tan hermoso que me permites seguir así.

«Hija mía, hija mía. Conozco tu corazón y las cargas que llevas por amor al prójimo. Te he ordenado que me traigas cada preocupación y cada carga y eso es lo que estás haciendo. ¿Cómo puedo sentirme decepcionado cuando una de Mis preciosas hijas hace lo que le he pedido y Me confía sus problemas? Te doy Mi paz, querida hija de Mi corazón. Te proporcionaré un camino a través del dilema que tan prontamente Me has traído. En cuanto te diste cuenta de una situación difícil, Me la trajiste. Esto es exactamente lo que te he enseñado a hacer, hijita Mía. Me complace. Por eso actúo con tanta rapidez, hija Mía, y aportaré mucha claridad a esta situación potencialmente escandalosa. Has hecho lo correcto al animar a tu amiga a hablar con su pastor. Trabajaré a través de él para traer la curación de este profundo dolor y de estas heridas emocionales. Ahora te doy Mi paz, corderita Mía. ¿Te sientes mejor ahora?»

Sí, Señor. Todo es mejor cuando confío en Ti. Gracias por Tu paz. Calma mi corazón y tranquiliza mis preocupaciones. Gracias por amarnos, Señor. Gracias por ocuparte de todo lo que es importante para mí. ¡Te quiero tanto!

«Pequeña mía, estás aprendiendo a amar a los demás más plenamente. Me doy cuenta de que te pido mucho. Te he dado un corazón sensible y se hiere con facilidad. Sientes el dolor de los demás y esto es a veces una pesada cruz. La única manera de superar este dolor es traerlo a Mí. Tú dejas cargas al pie de Mi cruz y Yo te doy gracias a cambio. La oración de intercesión es un aspecto importante de la vida cristiana, hija Mía. La oración de intercesión se hace poderosa cuando nace de un corazón lleno de amor y de buena voluntad. Une a Mí, Mi ovejita, tu sufrimiento por amor. Mi sufrimiento perfecciona, purifica y transforma. Mi amor es perfecto y por eso Mi sufrimiento fue perfecto. Todo fue realizado por Mí mediante el amor perfecto y la unidad con Mi Padre. Hija Mía, invito a Mis hijos a unirse a Mí en este Amor Divino. Todos están llamados a participar en la unidad de la Santísima Trinidad, la misericordia perfecta, el amor perfecto. Cuando amas heroicamente, amas con el amor de Dios. Estás aprendiendo, hija Mía. Estás creciendo en este amor. No te das cuenta, hija, y esto es por designio Mío. Concéntrate en Mí y en todo lo que te enseño a través de las Escrituras, los Sacramentos, tus oraciones y en Mis palabras. No te preocupes cuando te des cuenta de tus numerosos defectos. Acude a Mí y se te dará la Luz de la comprensión. No eres perfecta. Yo lo sé, pequeña. No te creé para que lo fueras hasta que vengas al Cielo. Entonces comprenderás que cada defecto es en realidad hermoso para Mí».

¿Por qué, Jesús? Mis defectos me resultan muy poco atractivos. Me doy cuenta de que tengo tantas debilidades que ni siquiera puedo funcionar una hora sin Ti. ¿No me convierte eso en una molestia y una carga? Hay veces que ni siquiera puedo encontrar la ruta correcta, soy tan terrible para las indicaciones. Si alguien me conociera realmente como Tú me conoces, se sorprendería de lo incompetente que soy. Pero Tú siempre estás a mi lado para corregirme, para enderezar mi camino y para darme las mejores palabras que decirle a alguien. No podría hacer ni la más pequeña tarea sin Ti, Jesús. Siento ser tan «necesitada».

«Corderito mío, esto es precisamente lo que quiero decir y un día comprenderás que tu pequeñez, tu necesidad (como tú dices) es un gran don. Ojalá todos Mis hijos se dieran cuenta de lo mucho que dependen de Mí. Corderito mío, la diferencia es que Tú te das cuenta de la verdad sobre ti mismo. Algunos de Mis hijos también tienen este don. Muchos otros viven bajo falsas pretensiones y creen que su éxito proviene de ellos mismos. Su orgullo les ciega a la Voluntad de Dios y a Mi gracia en sus vidas. El conocimiento de tus defectos y de tu necesidad de Mí es un don, hijo Mío. Entrégame incluso esto y no pienses nada más en ello. Me tienes a Mí y eso es todo lo que necesitas».

(Conversación personal omitida.)

«Puesto que Me das tu vida, tu trabajo y tu corazón, corderita Mía, puedo utilizarte para realizar Mi Voluntad en tu vida, en la vida de tu bendita familia y en las vidas de aquellos a quienes toco a través de este trabajo. Confía en Mí, hija Mía. Yo te protegeré. No te preocupes, sólo confía en Mí. Yo guardaré tu humildad. Conmigo está a salvo». (sonriendo)

Gracias, Jesús. Sé que tienes razón. Contigo estoy a salvo.

«Conságrate a Mí a través de Mi Madre cada día, hija. Esto también es una salvaguardia añadida. Mi Madre también te guía. Ella guía a cada hijo de forma muy directa a través de las almas consagradas».

«Hijos míos todos, consagraos a Mí a través de Mi Santísima Madre María. De este modo y a través de Mi Madre tendréis una gran claridad, confianza en Dios y sabiduría del Espíritu Santo. Cuando estáis unidos a Mí a través de Mi Madre, estáis unidos al amor y por el amor. El Espíritu Santo actúa ciertamente en la vida de las almas consagradas a Mi Madre, la Esposa del Espíritu Santo».

Gracias, Señor. Gracias Madre Santísima. Enséñame en Tu escuela, Madre querida. Eres mi Reina y Te quiero y aprecio tanto. Sé ahora una madre para mí, queridísima Madre de Jesús. Nunca jamás me abandones, aunque deba poner a prueba Tu paciencia. Enséñame a amar a tu Hijo como sólo Tú puedes hacerlo. Gracias por las gracias concedidas a nuestra peregrinación. Bendita Madre, por favor, ayúdanos, guíanos y resuelve cada detalle de (evento retenido). Ayuda a que todos se unan en la planificación. Realiza cada uno de tus planes, Madre Santísima, para que sea un acontecimiento hermoso para tu Hijo y las almas que Él trae. Invita a muchas personas, Madre Santísima y da gracias a los invitados, para que sigan adelante y respondan a Tu llamada. Que muchos sean sanados y reciban gracias para cada dificultad. Tu Hijo es la respuesta a todos los problemas de la vida.

Jesús, por favor, trae la paz al mundo y al corazón de cada persona. Ayuda a todos los que Te buscan a encontrarte y trae de vuelta a Tu Iglesia a los que se han extraviado.

«Hija mía, reza por las almas que traeré a estos acontecimientos. Invitaré a algunos que experimentan heridas profundas. Deseo la curación de las heridas emocionales. Derramaré Mi Espíritu sobre aquellos que Me busquen. Obraré milagros incluso en las almas que dudan, pero debes rezar para que tengan una apertura. Tienes razón al decir que eso es todo lo que necesito. Reza para que las almas se abran a la gracia que anhelo darles. Tú, que trabajas para que se produzca la Llama de Amor, ábrete al movimiento de Mi Espíritu. Con esto quiero decir que suspendas todo juicio y Me permitas trabajar, pues sólo Yo sé lo que necesita cada alma. Tú, reza y sé amor. Eso es todo lo que se necesita. Permíteme hacer el trabajo pesado».

Sí, Jesús. Gracias, Señor.

«Hija Mía, pequeña Mía, hay mucha oscuridad en el mundo, pero deseo que te centres en Mi Luz. Tú llevas Mi Luz a los que están en la oscuridad. Para ello, debes centrarte en Mí, la Luz. Yo soy la esperanza eterna. Yo hago nuevas todas las cosas. No hay mejor momento para ser portador de Luz que cuando está oscuro. Así pues, alégrate. Necesito a Mis pequeños apóstoles ahora más que nunca. Ha llegado el momento, queridos hijos, de cooperar con Mi Espíritu Santo. Sois Hijos de la Luz. No tengáis miedo de amar incluso a las almas más difíciles, pues son las más necesitadas de Mi amor. Dependo de vosotros, Mis Hijos de la Luz. Me complace que dediquéis tiempo cada día a la oración. Puedo dirigir a las almas dóciles y abiertas y vosotros sois Mi deleite. Tened buen ánimo. Centraos en Mi Reino. Difunde Mi misericordia y Mi amor. Sois parte del talón de Mi Madre y le ayudaréis a aplastar la cabeza de la serpiente. Vivís tiempos apasionantes, tiempos de gran gracia. Es posible que muchas almas se conviertan en santas en esta época, pero para ello debéis pasar tiempo en oración, frecuentar los Sacramentos, confesar vuestros pecados, leer Mis Sagradas Escrituras y es imprescindible, por encima de todas las cosas, amar como Yo os amo. Venid preparados para amar, hijos Míos. Servid a los demás con amor y no los juzguéis por muy ofensivos que os parezcan sus pecados. Vuestros pecados también Me ofenden, sobre todo cuando no Me los traéis en Confesión, así que no juzguéis. Sólo ama. Éste es el modo de cambiar los corazones. Cuando amas con Mi amor, los corazones de las personas se ablandan. Entonces se abren a Mi gracia. Esto conduce a la conversión de los corazones y a la verdadera transformación, hijos Míos. Amad con Mi amor. Estudia Mi vida y cómo muestro el amor en los Evangelios, luego imítame. Participarás en la realización del Reino de Dios cuando sirvas a los demás con amor».

«Corderito mío, Yo estoy contigo. No te dejaré y tú no Me dejarás. ¿No te da esto valor y esperanza?»

¡Oh, sí, Jesús! Mi Adorable Jesús, Te amo. Soy muy pequeña, pero Tú haces que mi corazón se sienta más grande de lo que es, porque apenas puedo contener Tu amor. Jesús, agranda mi pequeño corazón para que tenga más capacidad para Tu amor.

«Hija mía, es una oración en proceso de ser respondida, poco a poco. Confía en Mí. Sé cuánto puedes manejar y cuido el jardín de tu corazón con mucha preocupación, paciencia y alegría. Todo irá bien. Confía en Mí».

¡Gracias, Señor! Jesús (nombre oculto) me pidió que rezara por ella. Quiere Tu dirección, Jesús. Ayúdala, Señor, durante los desafíos a los que se enfrenta. Son numerosos, Jesús, y estoy segura de que a veces deben parecer insuperables. Recuerdo lo que sentí, Señor. La vida puede ser tan difícil a veces. Dale exactamente lo que necesita, Jesús. Tú sabes lo que es mejor y te pido que, por favor, le des lo mejor. Ella Te ama y ha sufrido mucho. Ella no se queja, Jesús. Dale esperanza y un futuro en Ti, Jesús. Dale un esposo hermoso y santo algún día, Jesús. Por favor, trae pronto a su vida al mejor hombre para ella. Que sea elegido por Ti y por Tu Madre. Por favor, Jesús. San José, por favor, ocúpate también de esto. Confío en la Sagrada Familia para que cuide de Mi familia. ¡Gracias por todo lo que haces por nosotros, Dios! Te amo. Te pertenecemos. Ocúpate de todas y cada una de nuestras necesidades, y danos las gracias para servirte en nuestro prójimo. Gracias por el don de la vida, Jesús. Te la devuelvo para que la guardes y devuelvo las gracias que vienen de Ti a través de las manos de Tu Madre, a Nuestra Señora para que me las guarde. Bendita Madre, están más seguras Contigo. Guárdamelas hasta que las necesite. Te las confío a Ti. ¡Gracias por Vuestro amor, Jesús y María!

«Os bendigo en nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en nombre de Mi Espíritu Santo. Id en Mi paz, Mi amor, Misericordia y alegría. Todo irá bien. Comencemos».

Amén, Señor. ¡Aleluya! ¡Te amo!