Mensajes a los Hijos de la Renovación, EEUU

 

domingo, 6 de enero de 2019

Fiesta de la Epifanía

 

Hola Jesús mío presente en el Santísimo Sacramento. Qué hermoso eres aquí, Señor. Eres pequeño y vulnerable, como eras en el pesebre cuando viniste como un bebé a Belén. Aquí estás escondido en un pequeño trozo de pan que fue transformado (transubstanciado) en nuestro Dios vivo. Alabado seas, Jesús, mi Dios y mi Rey. Señor, muchos no Te aceptaron entonces, y muchos no Te aceptan ahora. Señor, te pido que derritas los corazones endurecidos, cures sus heridas y des a las almas las gracias necesarias para buscarte y encontrarte, Señor. Que muchas almas vengan a Ti durante este nuevo año y a lo largo de 2019, Jesús como los pastores y los magos. Trae a casa a las almas perdidas, Señor. Jesús, danos gracia para evangelizar, para llevar Tu amor a nuestros hermanos y hermanas que no conocen Tu amor. Bendice a nuestra Iglesia, Jesús. Que este año traiga nuestra purificación para que seamos santos y volvamos a Tu abrazo amoroso. Jesús, Te anhelamos. Nuestro mundo necesita Tu paz, oh Príncipe de la Paz. Sálvanos de nosotros mismos, Señor. Niño Jesús, sálvanos. Gloria a Dios en las alturas y paz a Su pueblo en la tierra.

«Hijo mío, es bueno que estés aquí Conmigo. Tu presencia y la presencia de Mis otros hijos Me consuelan. Te doy Mi paz y Mi seguridad de que estaré siempre contigo».

Gracias, Señor. Jesús, por favor, ayuda a (nombre oculto). Cúrala, Señor. Dale plena fe y confianza en Ti. Cúrala y disuelve el tumor. Jesús, hace poco que ha vuelto a Tu Iglesia. Ayúdala a recibir las gracias sacramentales y a restablecer su salud, mente, cuerpo y espíritu, Señor. Ella te ama, Jesús. Pido la curación también para (nombre oculto). Por favor, Jesús, estoy segura de que ella te está ayudando en Tu obra de llevar a muchas almas a la conversión a través de sus sufrimientos y oraciones. Sólo rezo para que la sostengas y en Tu tiempo la sanes. Es nuestra amiga, Jesús. Sé que Tu Voluntad es siempre perfecta, pero por favor, que sea Tu Voluntad sanarla. Señor, gracias por un año más con (nombre oculto). Gracias por su cumpleaños especial y por la hermosa Misa en la Catedral y la oportunidad de venerar la reliquia de San Juan Vianney, cuyo corazón Te amaba entrañablemente. San Juan, por favor reza para que el Señor aumente Su amor en nuestros corazones. Que pase de ser una pequeña llama a un incendio forestal, Jesús.

«Ovejita mía, ésta es una buena oración. Mi amor crecerá en todos los corazones que Me busquen y pidan Mi amor. Esto es lo que quiero para ti y para cada uno de Mis hijos. Quiero que todos Mis Hijos de la Luz permanezcan firmes en su amor por Mí. No seáis como aquellos que están enamorados de la idea del amor, pero no están dispuestos a poner a los demás en primer lugar, sino sed como Mis santos que pensaban primero en Dios, luego en el prójimo y después en sí mismos. Cuando Dios es tu primer amor, no hay nada que no hagas por Él. Te olvidarás de ti mismo y te centrarás en el amor. Entonces, te resultará fácil amar al prójimo porque tu corazón estará lleno del amor de Dios. Cuando el amor está desordenado y fuera de lugar, se producen muchas heridas en el alma. El amor propio se convierte en la primera prioridad y el amor al prójimo y a Dios en la última. Tal vez incluso inexistente. El orden correcto es Dios primero, luego todas las cosas se colocan en su sitio, en orden sagrado. Cuando se ama primero a Dios por encima de todas las demás cosas (y digo «cosas» intencionadamente) podréis ver con claridad y establecer prioridades en todo lo que hay en vuestras vidas. La familia estará en el orden adecuado, el trabajo, la vida doméstica, la ayuda al prójimo y a los necesitados, etc. Sólo en el amor ordenado encontraréis la paz. Con los que no ponen a Dios en primer lugar, no hay paz. Hay luchas y conflictos internos e incluso luchas externas. Lo contrario del orden es el desorden. El desorden causa otros problemas e incluso puede ser la causa fundamental de estrés y tensión graves y de pérdida de salud, de malestar. No quiero decir que el amor desordenado sea la causa de todas las enfermedades y dolencias. No es eso lo que quiero decir. Digo que puede causar otros problemas, los peores de los cuales son de naturaleza espiritual. Poned a Dios y al amor de Dios en primer lugar en vuestros corazones y en vuestras vidas. Poner a Dios en primer lugar en vuestras vidas significa que amáis a Dios con todo vuestro corazón y que vivís este amor por Mí en todo lo que hacéis. Mostráis Mi amor a los demás. Miráis más allá de las pequeñas molestias y veis el corazón del otro. Para ver el corazón del otro y si está herido, tendrás piedad de él y verás con los ojos del amor lo que puede no ser evidente a tus ojos físicos. Ver a las personas como Yo las veo, como hijos e hijas de Dios; tal vez perdidos, tal vez heridos, tal vez enfermos por falta de amor, pero siempre como hijos Míos, a los que amé y a los que morí para liberar del pecado. Amad como Yo amo, hijos Míos. Sed amables como Yo soy amable. Sed pacientes como Yo soy paciente. Mis hijos siempre queréis que os trate con misericordia y ternura, pero a menudo no deseáis esto para otras personas que os han herido de alguna manera. Para esas personas querrías que se arrastraran a tus pies en busca de misericordia y perdón y, si no lo hacen, preferirías que les castigara severamente por lo que te han hecho, por pequeña que sea la ofensa. Para ti personalmente, sólo quieres de Mí bondad y misericordia para los pecados más atroces. Hijos míos, admitid que esto es verdad, pues conozco vuestros corazones. Es mejor admitirlo y buscar el perdón que mentiros a vosotros mismos y morir en el pecado. Lo que deseo que tengáis todos vosotros es misericordia. Sed misericordiosos como Yo soy misericordioso. Amad como Yo amo. Tratad a los demás con la misma bondad, amor y perdón que Yo os doy a vosotros. Debéis coger vuestra cruz y seguirme. Debéis morir a vosotros mismos, a todo egocentrismo y vivir para Mí, vuestro Jesús. Éste es el camino para seguir Mis pasos. Éste es el camino al Cielo».

¡Gracias mi Señor Jesús! ¡Alabado seas, Señor! Jesús, por favor, acompaña a cada alma que está muriendo hoy. Llévalos a Tu reino celestial, donde Tú vives y reinas. Sana a las familias rotas, Jesús, donde se enseñan lecciones de amor a la pequeña iglesia doméstica. Sana los matrimonios, Jesús como sólo Tú puedes hacerlo. Haz que se produzca la tan esperada renovación, Señor.

«Ovejita mía, es bueno rezar de esta manera. Continúa rezando por el reinado de Mi Madre, cuando triunfe su Corazón Inmaculado. Reza para que las almas se conviertan. Ayunad y rezad por los seres queridos que están necesitados. Os amo, hijos Míos y recordad que todos los hombres son hijos Míos. Dejad que Yo os ame y entonces vosotros daréis Mi amor a todos los que conozcáis y a todos los que encontréis».

Gracias, Jesús, mi Señor y Salvador. Te amo. Ayúdame a amarte más.

«Hijita mía, igual que suministré a Mis Apóstoles todo lo necesario para dar testimonio del amor, así haré Yo contigo. Yo proporcionaré lo necesario a todos Mis hijos que Me amen y Me sigan con corazón sincero. No te preocupes por lo que debas decir a los demás cuando les des Mi amor. Tampoco te preocupes por lo que necesitan, pues sólo Yo sé lo que necesita un corazón. Yo proveeré. Confía en Mí y todo irá bien. Ve en Mi paz, corderito Mío. Te doy las gracias. Proporcionas mucho consuelo a tu Jesús con tu compañía. Somos amigos y te quiero mucho. Te bendigo en el nombre de Mi Padre, en Mi nombre y en el nombre de Mi Espíritu Santo. Id en Mi paz y en Mi amor. Confiad en Mí. Todo irá bien».

Amén. ¡Aleluya! Te amo, Señor mío y Dios mío.

«Y yo te amo a ti».

Origen: ➥ www.childrenoftherenewal.com

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