jueves, 29 de mayo de 2014

Día de la Ascensión.

El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la capilla de la Casa de la Gloria en Mellatz a través de Su instrumento e hija Ana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Durante la Santa Misa del Sacrificio, el altar del Sacrificio y también el altar de María estuvieron brillantemente iluminados. Las rosas rojas delante del Salvador brillaban con una luz resplandeciente. Se rezó el rosario por todos los sacerdotes que no quieren arrepentirse y no son conscientes de su gran tarea.

El Padre Celestial hablará: Yo, el Padre Celestial, os hablo en este día, la Fiesta de Mi Hijo Jesucristo, el Día de la Ascensión, a través de Mi voluntaria, obediente y humilde hija Ana, que está totalmente en Mi Voluntad y repite sólo palabras que vienen de Mí.

Mis amados hijos, Mis amados creyentes de cerca y de lejos, Mis amados seguidores, especialmente Mi amada pequeña banda, Yo, el Padre Celestial, he enviado a Mi Hijo a la Tierra para que esté al lado de mucha gente, especialmente de Mis hijos sacerdotales elegidos. Quería reunir a todos a mi alrededor. ¿Dónde se han ido, Mis hijos sacerdotes? Están lejos de Mí.

¿Creen todavía en el Santísimo Sacramento? ¿Creen todavía en mi hijo Jesucristo, a quien Yo, como Padre celestial, quise enviar a la tierra para redimir a los hombres? Qué grandes sufrimientos tuve que experimentar con Mi Hijo Jesucristo. Él aceptó recorrer todo el camino de la cruz en Su vida terrena, aunque sabía en Su Divinidad: para la mayoría de los hijos de los sacerdotes es en vano. Antes de ir a la Cruz, pensó en Sus hijos sacerdotes elegidos, que debían transmitir la fe única, santa, católica y apostólica. ¿Han difundido esta fe profunda? No. Por eso esta Mi Iglesia está tan destruida. Yace en el suelo. Y, sin embargo, las autoridades creen que está creciendo en todos los países. Prospera y florece. Las iglesias se llenan. ¿Por qué engañarse y creer que este Santo Padre, como le llaman, está en la verdad? Se engaña y es un anticristo.

Mis amados seguidores difundid la fe verdadera, no la fe errónea. Manteneos alejados de estas iglesias modernistas. Os perjudican, porque os impiden vivir, testificar y transmitir la verdadera fe. Los sacerdotes que había elegido se han separado de Mí, incluso los últimos que había preseleccionado. No Me han concedido esta Santa Fiesta Sacrificial según Pío V, que está en plena verdad y canonizada. No, se han sometido parcialmente al modernismo que emana de la santa ciudad de Roma.

Mi amor perdurará No en vano Mi Hijo Jesucristo volverá con Su Madre Celestial. Esta venida de nuevo será y debe ser. Mi queridísima Madre, la santísima y purísima Virgen María, la Inmaculada, también aparecerá. Pero no se cree en ello. Hijos míos sacerdotes, ¿dónde estáis? ¿Dónde estáis que ni siquiera os dedicáis a este Corazón Inmaculado? Estáis lejos de la verdadera fe, muy lejos incluso.

Yo también tengo que llorar en este gran día. Mi Hijo ascendió al cielo con el sonido de la trompeta y con el canto glorioso de los 9 coros de ángeles. Ha vuelto a Mí, el Padre Celestial, tal como Yo quería. Y os enviará el Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés, pero sólo a los que también quieran recibir el Espíritu Santo. Muchos se niegan a hacerlo. Ni siquiera invocan a la Esposa del Espíritu Santo, la Madre de Dios, para que les implore este Espíritu Santo, a fin de que salgan por fin de su fe errónea.

Mi hijo Jesucristo sufre la agonía en Mi mensajera Ana. También hoy sufre estas torturas de la cruz en el cielo de una manera diferente. Pero es la verdad. Este sufrimiento en la cruz fue en vano para muchísimos sacerdotes, y van al abismo eterno porque no quieren, no porque no puedan. ¿Acaso no les he dado a estos muchos incrédulos y descreídos todas las oportunidades? ¿No les he dado todo para que crean? Siempre he pensado en ellos y he deseado que se volvieran atrás. Qué triste estoy en este día en que Mi Hijo ascendió a Mí en gran gloria y gloria en el cielo porque les envío al Espíritu Santo en vano. No lo aceptan, no creen en él y rechazan a mis mensajeros, que he enviado para ayudarles. Se oponen a la verdadera fe católica y siguen enseñando la creencia errónea en las iglesias modernistas. ¿Qué enseñan a los creyentes? El modernismo, el protestantismo, que invadió la Iglesia católica. No queda nada de la verdadera fe católica. ¿Cuándo volverán atrás? ¿Cuándo serán de un mismo sentir Conmigo en la Trinidad? ¿Tengo que esperar en vano?

Mi Hijo Jesucristo aparecerá con Su Madre visiblemente en el mundo entero. Esta es la verdad, mis amados hijos de los sacerdotes, y esta verdad es negada hoy en día. Aunque todo en la Biblia se presenta de forma comprensible, no creen y, además, dicen: "Tenemos la Biblia, ¿para qué necesitamos mensajeros? Los mensajeros pueden estar en la falsedad".

¿Acaso Yo, el Padre Celestial, no lo soy todo para ella? ¿No lo he intentado todo para atraer hacia Mí a Mis amados hijos sacerdotes? ¿No les he iluminado lo suficiente en la verdadera fe? ¿Acaso no he enviado en vano a Mi Hijo Jesucristo a la tierra y no está entronizado hoy a Mi lado con el Espíritu Santo en la gloria? ¿No os está esperando, Mis amados hijos de los sacerdotes, para que difundáis por fin la verdadera fe? ¿Dónde está la verdadera fe? ¿Dónde está la Santa Fiesta del Sacrificio Verdadero? ¿Está en vuestras manos o estáis difundiendo la comunión alimenticia del protestantismo? ¿Por qué no la reconocéis, Mis amados hijos de los sacerdotes, aunque siempre os estoy enseñando de nuevo con Mis profecías? ¿No soy Yo el Padre Celestial más sabio y querido para vosotros? ¿No quiero serlo todo para vosotros? Pero rechazáis al Padre Celestial en la Trinidad. Qué triste estoy en este día de la ascensión de Mi Hijo Jesucristo. Él os lo ha dado todo en la tierra y querrá hacerlo también en el cielo.

Vosotros, Mis fieles, recibiréis esta Santa Comunión arrodillados con la boca de un sacerdote y nunca de pie, como la comunión de la mano. Es una grave iniquidad la que habéis cometido y cometéis los hijos de los sacerdotes. Arrepentíos de todo corazón, porque todas las Santas Misas que habéis presentado de este modo eran inválidas y seguirán siéndolo. Volved atrás, ¡aún estáis a tiempo! Yo transmitiré Mis profecías. Cuando te quedes solo ante Mí y des a conocer tu voluntad, entonces serás abandonado por todos los buenos espíritus. ¿Queréis esto, queréis realmente esto, Mis hijos sacerdotes en quienes he puesto todo y para quienes he instituido el Santísimo Sacramento del Altar? ¿Dónde estáis? ¿Por qué sois tan obstinados y creéis en este modernismo y seguís viviéndolo? Quiero recuperar vuestras almas y luchar con mis elegidos en esta tierra. Ellos me creen. Esperan Mi regreso y Me aman con todo su corazón porque sólo quieren una cosa, hacerme feliz a Mí, el Padre Celestial en la Trinidad. Yo me aferro a estos elegidos y ellos experimentarán una vez la gloria eterna.

Tú, Mi pequeña Catalina, has regresado hoy, este día, de Gotinga y ese mismo día se te ha permitido vivir la Santa Fiesta del Sacrificio en la capilla de la casa de Mellatz y recibir éste, Mi Mensaje. Es muy importante para todos vosotros. Creed que debo aferrarme a vosotros, los seguidores, especialmente al pequeño rebaño. Me sirve en todo. Gracias quiero deciros a vosotros que tenéis la firme voluntad de perseverar al máximo, porque seréis perseguidos y abandonados por todos. Todos tendréis que experimentar este abandono porque Yo, el Padre Celestial en la Trinidad, necesito este consuelo de vosotros. Os amo y permaneceré siempre entre vosotros día y noche y en todo momento.

Por eso os bendigo en la Trinidad, con todos los ángeles y santos, especialmente con Mi queridísima Madre, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar desde ahora y para siempre. Amén.