Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
domingo, 28 de julio de 2013
Décimo domingo después de Pentecostés.
El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V y la Adoración al Santísimo Sacramento a través de Su instrumento e hija Ana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Todo el presbiterio, con todos los santos, estaba iluminado. Especialmente la Virgen estaba bañada en una luz resplandeciente con su ramo de rosas. San José, el Padre Pío, San Miguel Arcángel, Jesús Misericordioso, la Piedad y, sobre todo, Jesucristo Resucitado brillaban con una luz resplandeciente.
El Padre Celestial dice: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está completamente en Mi voluntad y habla sólo palabras que vienen de Mí.
Amado pequeño rebaño, amados seguidores, amados peregrinos de cerca y de lejos y amados creyentes, Yo, el Padre Celestial, compartiré con vosotros algunas cosas que son de suma importancia para todos vosotros.
El próximo domingo, el primer domingo de agosto, Mi Fiesta, la Fiesta del Padre Celestial -así se llamará y utilizará en el futuro-. Celebraréis esta fiesta con abundantes adornos florales, incienso y cantos. Es Mi gran fiesta, amados. Los sacerdotes, todo el clero, el episcopado y también la curia no están dispuestos a utilizar esta fiesta. Yo, el Padre Celestial, estoy en desventaja. De acuerdo con estos Mis Mensajes vosotros, amada Curia, vosotros que vais por delante, debéis orientaros. De vosotros, mi amado pequeño rebaño, se agotará todo en el futuro.
Deseo de Mis sacerdotes de la Curia que celebren el Santo Sacrificio de la Misa según Pío V, y que sea en la capilla de su casa. Estaría dispuesto a reconocerlo. El modernismo se cultiva en todo el Vaticano. Ya sabéis qué más ocurre allí, y no quiero repetirlo otra vez. Es suciedad e inmundicia.
Amado pequeño, es difícil para Mí revelarte esto para que corras la voz, pues Yo, el Padre Celestial, pondré a toda Roma en ruinas. Por eso pido a Mi amado Benedetto: ¡Huye de este Vaticano! Todavía estás a tiempo, porque quiero salvarte. Mi pequeña ha visto a todo el clero al borde del precipicio. Es por estos sacerdotes por los que más expía. Ella quiere salvar a muchos, a muchos y también a su pequeño rebaño.
Pero vuelvo a pedir a todo Mi clero ¡Volved atrás! ¡Estáis en el modernismo y estáis en peligro! Cuando llegue mi acontecimiento, que no esperáis, os sucederán cosas malas. No deseo que caigáis como copos de nieve en el abismo eterno. Quiero salvaros a través de Mi pequeño rebaño. Sí, lo has entendido bien: Desde la Casa de la Gloria de Mellatz se dirigirá entonces todo, pues es Mi casa la que he adquirido con Mi dinero, pues el dinero es un regalo para Mi pequeño rebaño que les he confiado. Sin embargo, sigue siendo Mi dinero y Mi casa. También deseo que en esta casa todo se haga exactamente como Yo lo preveo. No ocurrirá nada allí que Yo no desee. Os diré, Mi pequeño rebaño, a través del éxtasis, lo que todavía hay que cambiar allí.
Viajaréis allí. Ya os lo he anunciado. Al principio irán dos personas delante. Mi pequeña Katharina y Mi pequeña Ana se quedarán en Gotinga. Mi pequeña amada, tendrás que recuperarte un poco más, porque aún no ha terminado todo. Esta gran expiación aún tiene muchas víctimas. Tendrás que engordar un poco más para tener un poco más de fuerza humana. Yo me ocuparé de todo. No tengas miedo del futuro, porque todo pasa por mí, el Padre celestial. Yo soy el soberano de todo el universo. Soy la omnipotencia, la omnipotencia y la omnisciencia. Vosotros, Mis sacerdotes, volveos atrás, porque el mal vendrá sobre vuestros lugares, lo cual os predeciré.
Antes de que llegue la visión del alma, podréis ir a la cruz de Meggen, a la cruz de Eisenberg y sobre todo podréis pasar bajo la cruz de Dozulé para reconocer vuestros pecados. Te ayudaré a que quieras y puedas hacer la conversión. Id todos a la Santa Confesión con un sacerdote santo, pero nunca con un sacerdote que esté en el modernismo. Estas confesiones ya no son válidas. ¿Por qué? Porque Yo, el Padre Celestial, he sacado a Mi Hijo de estos sagrarios. Él ya no está presente. Huid de estas iglesias modernistas. Id a vuestros hogares, pues de lo contrario tendréis que experimentar cosas malas allí. En estas iglesias ocurren tantas maldades que no os podéis imaginar. Ya han ocurrido muchas cosas. Mirad lo que es posible en este modernismo.
¿No ha sido Asís, amada mía? ¿No ves que en Asís la Iglesia Católica fue vendida por Mi Benedictino elegido por Mí? ¡Pero Yo quiero salvarlo! Pequeña Mía, cuántas veces has expiado por él, y seguirás haciéndolo. Quiero salvarlo de esta Roma. ¡Huye, de lo contrario ya no estarás a salvo allí! Sabes lo que has hecho. Arrepiéntete profunda e íntimamente. ¡Confiesa y comienza una nueva vida! Como Pastor Supremo has fracasado. Ya lo sabes. Te has entregado a los masones. Has cometido herejías y te has convertido en anticristo. Pero tu queridísimo Padre Celestial te perdonará y te perdonará todo. Quiero decirte esto a través de Internet porque quiero salvarte. Mis pequeños no tienen forma de ponerse en contacto contigo, ni por carta ni por teléfono, por eso está en Internet. Por favor, id a Radio Vaticano. Allí os será posible saberlo todo de mí. Estaré a tu lado cuando te arrepientas y te conviertas en el sentido más pleno y trabajes en la entrega total. Vuestro Padre Celestial no os pide lo imposible. No tendré que llevarte más allá de las fronteras, como a Mi pequeño que tantos sufrimientos le costó redimirte de estos graves sacrilegios.
Muchos sacerdotes de la Curia no querrán arrepentirse: Muchos cardenales, arzobispos, obispos y, sobre todo, el clero, seguirán obstinadamente cultivando el modernismo. No estarán dispuestos a celebrar Mi Santa Fiesta Sacrificial en el Rito Tridentino según Pío V, como corresponde a Mi plena voluntad y plan.
Mi amado clero, Yo cumpliré Mi plan en vosotros. Ya he fundado Mi Nueva Iglesia, pero necesito sacerdotes y obispos que sólo Me sigan y hagan devoción total. ¿Quién está dispuesto a hacer esto? Yo mismo elegiré a estos sacerdotes y les daré un empujón en su corazón. Pero ellos mismos tienen que decir su sí dispuesto. Incluso les diré quién está destinado al nuevo sacerdocio santificado.
¡No tengáis miedo, Mis queridos sacerdotes, vosotros que queréis arrepentiros! Seréis protegidos y os daré dones centuplicados, a veces incluso mil veces, si me seguís completamente y hacéis la entrega total hasta daros la vida. Quiero que pongáis en Mis manos las cosas más pesadas, porque sois Mis sacerdotes ordenados, y vuestra queridísima madre es la Reina de los sacerdotes. Ella sigue orando ante Mi trono día y noche por vosotros. ¡Daos la vuelta! Se os dan estas posibilidades.
Pero muy pronto llegará el gran acontecimiento, entonces apenas habrá posibilidades de que os salvéis, porque entonces os dejo a vuestra propia voluntad. Y eso tendrá un aspecto distinto que cuando aún estáis protegidos mediante la expiación de mis pequeños.
Expiad, rezad y sacrificaos también por Heroldsbach, porque allí ocurren muchos males y travesuras. El líder de este lugar de oración no está dispuesto a aceptar y arrepentirse de mi verdad y a retirar esta prohibición de la casa que ha impuesto a mi pequeña y a mi pequeño rebaño. Pero deseo que sigas yendo allí bajo mi protección y mi compañía y la compañía de mi queridísima madre. Entonces, si así lo deseo, ¡ve allí! No se lo diré a nadie porque debes tener una gran protección. Se formará un gran círculo de luz a tu alrededor. No verás este círculo de luz, pero estarás protegido por él. Tenéis asegurada una protección total.
¡Os amo a todos inconmensurablemente! Quiero salvar a Mis hijos sacerdotes y ponerlos en vuestras manos. ¡Arrepentíos, orad, sacrificaos! Amad especialmente a vuestros enemigos que os persiguen y os hacen el mal. ¡Reza por ellos! ¡Ellos te maldicen y tú los bendices! Y así quiero bendeciros, amaros y protegeros a todos en mansedumbre, en paciencia, sobre todo en fidelidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que todos los santos del cielo os bendigan y os protejan e invocadlos una y otra vez, porque es muy importante en este momento que pidáis la protección de todos. Amén.
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