miércoles, 10 de noviembre de 2010

Miércoles, 10 de noviembre de 2010

Miércoles, 10 de noviembre de 2010: (San León Magno, Papa)

Jesús dijo: “Mi gente, en el Evangelio hubo diez leprosos que yo curé, pero solo un samaritano regresó para dar gracias por su curación. Le dije que fuera, pues su fe lo había salvado. También están los tibios en la fe frente a Mis guerreros de la oración. Este es el contraste en la visión donde algunos fieles son faros de fe y esperanza, pero los tibios tienen su luz apagada debido a su pereza espiritual. Pero aquellos que oran y hacen buenas obras en la evangelización de las almas son las almas que yo recibiré en el cielo. Los tibios, que solo me invocan cuando están necesitados y no ayudan a la gente, pueden tener las puertas del cielo cerradas si no despiertan. Además, Mis fieles deben estar agradeciéndome por todo lo que hago por ustedes. Den alabanza y gloria a su Señor, y tendrán Mi promesa de vida eterna en el cielo.”

Jesús dijo: “Mi gente, cuando estén delante de Mí en la Adoración, pueden contemplar cómo mejorar mejor su vida espiritual. Cuando vean este cesto de basura, les recuerda qué hábitos pecaminosos les gustaría desechar en el cesto. Hay ciertos pecados que repiten en la Confesión muchas veces. Piensen en su peor pecado habitual, e intenten concentrarse en cómo pueden evitar mejor ese pecado. Oren para que les dé la gracia de superar esa debilidad en su vida. Al ver el agua en la piscina, piensen en cómo sus pecados podrían ser limpiados de su alma, y cómo podrían trabajar para mantener su alma pura. Al trabajar para deshacerse de sus pecados habituales, entonces podrían estar progresando en su esfuerzo por la perfección. Si se permiten caer en sus viejos hábitos, entonces levántense, y luchen para volver a donde han progresado antes. Al mantener su enfoque en Mí, y mantenerse fuertes frente a las tentaciones, entonces pueden hacer un verdadero progreso en su vida espiritual.”