martes, 22 de junio de 2010

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Benjamin Constant, AM, Brasil

En esta ciudad, mi madre venía a menudo con mis abuelos, porque vivían en una zona lejana de la ciudad donde mi abuelo tenía una plantación de caucho. Mi madre solía venir a la Iglesia con mi abuela para rezar y celebrar la Santa Misa hasta que yo tenía 11 y 12 años.

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, yo soy la Madre de Jesús. Soy la Madre de todos ustedes. Vengo esta noche del cielo para guiarlos a todos al Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. Oren, oren, oren, y conviértanse. Sean de mi Hijo Jesús en corazón, alma y cuerpo. Llevaré sus peticiones al cielo. Tengan fe. Tengan fe. Tengan fe. Para quien cree, todas las cosas son posibles. ¿Creen en el amor y el poder de mi Hijo Jesús? No duden. Solo mi Hijo puede ayudarles a superar las pruebas que surgen en sus vidas. Solo mi Hijo con su Divina luz puede vencer la oscuridad presente que se cierne sobre el mundo y sobre Benjamin Constant. ¡Benjamin, Benjamin! Regresen a Dios. Su Madre los llama. ¡No pierdan el tiempo! Cambien su vida. No se alejen de mi Hijo para que algún día tengan la gracia de la vida eterna.

Digo a los jóvenes que están aquí: sean verdaderamente de mi Hijo Jesús. Sean jóvenes de Dios: jóvenes de oración y fe. El mundo no puede ser un mundo mejor si los jóvenes de hoy se dejan engañar por Satanás y las seducciones del mundo. El mundo no puede ser de Dios si no deciden por Él ahora. Regresen, hijos míos, regresen a Dios. Escuchen el llamado de su Madre Celestial. Los amo y los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!