viernes, 29 de marzo de 2002

Mensaje de San José a Edson Glauber en Maceió, Alagoas, Brasil

Por la mañana, mientras oraba a San José, él apareció muy hermoso, mostrándome su Santísimo Corazón. Apareció, en el momento en que estaba rezando la oración en su honor, Ave José, y me habló sobre ella:

Difunde esta oración a todas las personas. A través de esta oración el Señor desea hacer más conocido y amado mi nombre, y desea conceder, a través de ella, muchas gracias a todos aquellos que me honren recitándola.

Aquellos que digan esta oración recibirán muchas gracias del Cielo. A través de ella, seré invocado cada vez más en todo el mundo, y podré, a través de mi Corazón que será amado y honrado, conceder muchas gracias a los pecadores que necesitan ayuda divina.

Es importante que esta oración sea conocida por todos. Que llegue a todas partes, para que todos puedan ser beneficiados por Dios a través de ella. Esta es su voluntad más santa, y te la revelo en este momento.

Al decir estas palabras, San José me bendijo y causó que muchos rayos de luz de color dorado brotaran de su Santísimo Corazón, que llegaron a mí e invadieron todo mi ser, dejando una alegría y paz indescriptibles en mi ser más íntimo. Me sentí completamente sumergido en la presencia de Dios y entendí tantas cosas que fueron reveladas en mi corazón sobre esta devoción y sobre mi futura vida, sobre mi misión. No soy digno de tantas grandes gracias y agradecí profundamente a Dios por haberme elegido para dar a conocer el Santísimo Corazón de San José al mundo. ¿Quién soy yo para tal misión? Nada, pero quiero permanecer siendo nada para que Dios pueda hacer todo!

En la noche, apareció Nuestra Señora y me pidió que dibujara algunos cuadros: