Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

sábado, 28 de enero de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

 

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, Yo soy la Señora del Santo Rosario, la Madre de Dios y vuestra Madre.

Hoy, hijitos, el Señor os invita a perseverar en la oración.

Hijitos, cuánto os amo. Mi amor por vosotros supera cada y toda barrera que el enemigo intenta poner en vuestro camino. Mi Inmaculado Corazón se regocija de alegría al veros a todos aquí esta noche orando. Gracias, hijitos, por orar.

Vuestras oraciones son necesarias, para que de esta manera, pueda entregar muchas almas de mis hijos que no escuchan a Dios y no le obedecen, sino que están en el camino del mal obedeciendo solo al enemigo. Yo presento a Dios vuestras oraciones por todas estas almas, para que sean salvadas encontrando así una luz.

Hijitos, rezad el santo rosario cada día. Cada cuenta recitada del rosario es para mí una razón de gran alegría, porque es un alma que estáis salvando para Dios y para mí.

Hijitos, orad, orad, orad. No dejéis la oración a un lado. Sed firmes en las dificultades de la vida cotidiana. Consagraos a mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de mi Hijo Jesús. Jesús, hoy, os pide:

Jesús habló en este momento:

Entregáos a mí con todo vuestro corazón. ¡Sed perseverantes! Quien persevere hasta el fin tendrá la recompensa prometida por mi Padre: ¡La Vida Eterna!

Entonces la Virgen continuó hablando:

Vamos, hijitos, a encontrarnos con Jesús que os espera con los brazos abiertos. Dadle vuestra vida, vuestro trabajo, vuestras dificultades diarias. Sed firmes. Estad preparados cada día y cada momento, con almas limpias sin la mancha del pecado. ¡Confesad cuando sea necesario! No viváis sin confesión, porque Dios quiere veros limpios y puros cada y todos los días.

Pequeñitos, orad y haced penitencia por los pobres pecadores, porque muchas almas pueden perderse eternamente en el infierno por no tener a alguien que haga sacrificios y ore por ellos. Orad, orad más!

Cuando aparecí en Fátima a los tres pequeños pastorcillos: Lucía, Jacinta y Francisco, les rogué que rezaran el rosario cada día por la paz en el mundo y por el fin de la guerra, y que se consagraran a mi Inmaculado Corazón. Hoy, han pasado muchos años y muchos no han querido escuchar este llamamiento mío. Por eso hoy hay numerosas guerras, plagas, y un gran ateísmo como nunca se ha visto en la faz de la tierra desde el principio de los tiempos.

Orad, hijitos, por las personas que no creen, y que se han alejado de Dios. Cómo me duele el Corazón por estos mis hijos. Ayudadme a salvar estas almas. Hoy, de una manera extraordinaria, os bendigo con una bendición muy especial, que Dios nuestro Señor me ha permitido daros. Bendigo a mis hijas y a mi hijo que han venido aquí por primera vez en este Cenáculo, y a todos vosotros que ya estáis participando desde hace tiempo. Os digo: preparaos para mi gran fiesta, porque voy a derramar gracias sobre cada uno de vosotros por las cuales vais a glorificar grandemente a mi Hijo Jesús hasta el fin de vuestras vidas.

Os daré en este día un mensaje especial. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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