sábado, 7 de septiembre de 2002

Sábado, 7 de septiembre de 2002

Mensaje de San Tomás de Aquino dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

San Tomás de Aquino viene. Recita las Divinas Lanzas; luego dice: "Alabado sea Jesús."

"He venido a pedir a aquellos que escuchan estos Mensajes en las Cámaras de los Sagrados Corazones que dejen de juzgar a la mensajera y que vivan el Mensaje. ¿Quién entre ustedes, después de todo, se considera digno de recibir un mensaje como este? En verdad, nadie lo es. Sin embargo, este Mensaje ha sido dado libremente al mundo a través del Amor y la Misericordia de Dios. La elección que Él hizo como Su mensajera—aunque aparentemente improbable—no obstante fue la elección de Dios."

"Si quieren conocer el Corazón de Dios, escuchen y sigan estos Mensajes que los conducen a Su Corazón. Si desean saber cómo serán juzgados para toda la eternidad, lean los Mensajes. Si desean convertirse en un santo, adhieran a estos Mensajes hasta que su corazón sea uno con ellos."

"Nadie puede seguir verdaderamente este viaje espiritual sin ser atraído a la Divina Voluntad de Dios, y sin ser atraído a una vida profundamente sacramental."

"Miren más allá de cualquier defecto que perciban en la elección de Dios como Su mensajera. Después de todo, Dios no puede equivocarse. Miren más allá de la falta de aprobaciones poderosas que, en verdad, no son necesarias para su creencia en esta Revelación. En el futuro, cuando lleguen las aprobaciones, habrán perdido una oportunidad de oro para santificarse—incluso convertirse en un santo."