sábado, 26 de enero de 2002

Sábado, 26 de enero de 2002

Mensaje de San Tomás de Aquino dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

San Tomás de Aquino viene. Dice: "Alabado sea Jesús. Mi hermana, este es el todo y la suma de la santificación – la entrega confiada a la Voluntad Divina de Dios en cada momento presente. En esta confianza está el amor. En esta entrega está la humildad. En el amor, la humildad y la conformidad a la Voluntad de Dios es la negación del yo."

"El alma que anhela la santidad debe entregarse completamente a lo que quiere por lo que Dios quiere. Pone a Dios en el centro de su corazón y desarraiga el yo. Es imposible para quien está absorto en sí mismo alcanzar las alturas de esta entrega, pues ve todo en función de cómo le afecta a sí mismo. Busca su propio beneficio en todo. Confía más en sí mismo que en Dios, pues su amor a Dios es imperfecto. Su existencia gira en torno a su propio bienestar y no a lo que Dios quiere para él."

"El alma que persigue la santificación, sin embargo, trata de aceptar todas las cosas como provenientes de la Mano de Dios. Ve la Voluntad de Dios en cada situación. Entiende que Dios está trabajando con él, atrayéndolo hacia la santificación. Por lo tanto, no ve la Voluntad de Dios como una espada de filo agudo, sino como un rayo de luz brillante que ilumina el camino que está llamado a seguir."

"El amor propio desordenado no puede elegir el Amor Divino, pues los dos confluyen como la carne se opone al espíritu. Pero este Mensaje de las Cámaras de los Corazones Unidos llama a cada uno a quitarse lo viejo y ponerse lo nuevo. Esta es la esencia de la santidad."