sábado, 13 de mayo de 2000

Sábado, 13 de mayo de 2000

Mensaje de Jesucristo dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

"Soy tu Jesús, nacido Encarnado. He venido hoy para ayudarte a entender la virtud de la prudencia. La primera regla de la prudencia es la rectitud – es decir, la obediencia a los mandamientos de Dios. La prudencia dicta evitar el exceso en el pensamiento, la palabra o el acto. Un alma puede ser sabia, pero aún así carecer de prudencia. Por ejemplo, un alma sabia puede – al intentar hacer un punto – exponer su opinión una y otra vez, sin saber cuándo se ha dicho suficiente. Esto demuestra falta de confianza en Mi gracia. Te diré por qué. Este tipo de alma hace su punto, pero no está dispuesto a exponer su caso y [luego] dejar que la gracia haga el resto. No puede permitir que la gracia lleve el punto al corazón. Parece pensar que todo depende de sus esfuerzos."

"La prudencia gobierna todas las virtudes. A veces no usamos la virtud de la prudencia. A veces una persona es demasiado paciente y no dice nada ante lo incorrecto. O puede mostrar amor consintiendo a un niño y cediendo a sus excesos."

"La prudencia no es sinónimo de autojustificación tampoco. Porque la persona prudente busca conocerse mejor, investiga sus debilidades y trabaja en ellas. El alma sencilla tiene poca dificultad con la prudencia, pero los orgullosos encuentran esta virtud esquiva."